Trazando el recorrido de Jesús por la Vía Sacra

Quince pinturas sobre porcelana, de gran formato, conforman la exposición “XV Estaciones de la Vía Sacra”, de Marthú Rodríguez Alcalá de Moreno, que se habilitará mañana en la galería Agustín Barrios del CCPA (España 352), a las 19:00. La muestra estará hasta el 27 de marzo.

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Luego de casi un año de trabajo, la artista expondrá estas pinturas realizadas sobre placas de porcelana, que luego pasarán a formar parte de la iglesia del Colegio San José, que está siendo remozada en ocasión de su cincuentenario.

Cada cuadro mide 75 x 75 centímetros y, para su elaboración, cada placa fue sometida a cinco quemas en un horno de 800 grados centígrados.

Destacó que este proceso permite afirmar los colores y que estas pinturas resistan a la humedad, al moho y otros factores ambientales.

La curadora María Eugenia Ruiz señaló, con respecto a esta composición, que “los resultados pictóricos se lograron a medida que el calor fue afirmando el color y, en la secuencia, los personajes fueron delineándose dando fuerza a las composiciones”.

En tanto, la artista comentó que sus inicios con la Vía Sacra se remontan al año 1999, cuando le solicitaron pintar las estaciones para una capilla ubicada en una estancia del Chaco. Posteriormente elaboró las pinturas para la Parroquia Espíritu Santo y para la capilla de la familia Velilla Laconich, en Ytû.

En un viaje a Madrid, cuando se disponía a pintar su primera Vía Sacra, le informaron que el papa Juan Pablo II había añadido una decimoquinta estación: La ascención y resurrección de Jesucristo.

“Poquísimas iglesias en el mundo tienen las quince estaciones, acá ni siquiera en la Catedral hicieron pintar”, destacó Marthú, y señaló que la inauguración de los cuadros en la iglesia de San José se hará en la noche del domingo de ramos.

Con una trayectoria de 38 años en el arte, Marthú recordó que su relación con la pintura sobre porcelana se inició en el Brasil. Allí le llamaron la atención las piezas que resultaban ser distintas a las realizadas en serie con calcomanía, y se enteró de la existencia de cursos de pintura sobre porcelana.

“Me fui a todas las profesoras para aprender las distintas técnicas”, subrayó, y comentó que en ese entonces también aprovechó para tomar clases en la capital brasileña con artistas de Japón, Suiza y España. En este sentido, destacó el gran apoyo de su esposo, José Antonio Moreno Ruffinelli. Finalmente mencionó que también pinta en óleo, acrílico y acuarela.

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