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Esta obra imperdible, que aclarará varias preguntas que todavía nos hacemos los paraguayos respecto a aquella contienda sobre la cual el Brasil todavía guarda hoy documentos que se niega a revelar, es el volumen número seis de la Colección Guerras y violencia política en el Paraguay, que publican el diario ABC Color y la Editorial El Lector.
El 18 de junio de 1864, en un lugar conocido como Puntas del Rosario, se realizó la conferencia entre los ministros: Edward Thorton, británico; Rufino Elizalde, argentino; Antonio Saraiva, brasileño; el caudillo oriental, general Venancio Flores; y los representantes del Gobierno del Uruguay, los señores Andrés Lamas y Florentino Castellanos, quienes firmaron una “parodia” de convenio entre el gobierno uruguayo y los revolucionarios, en que ambos sectores resolvieron sus dificultades con la garantía del Imperio del Brasil, la República Argentina y la presencia del ministro inglés que legitimó el acuerdo.
El historiador argentino José María Rosa afirmó que en 1894 José Antonio Saraiva escribió, en una carta enviada a Joaquín Nabuco, que la Triple Alianza no surgió después de la agresión paraguaya a la Argentina en abril del 65, sino “que dichas alianzas entre Argentina, Brasil y Flores contra el Paraguay empezaron el día en que el ministro argentino Rufino de Elizalde y el ministro brasileño Saraiva conferenciaron con Venancio Flores en Puntas del Rosario, el 18 de junio de 1864, y no el día en que Octaviano y yo, como Ministros de Estado, firmamos el pacto del 1 de mayo de 1865”.
Lo señalado más arriba constituye una de las causales exógenas más relevantes de la Guerra de la Triple Alianza, debido a que ese acuerdo entre los representantes de los tres países integrantes de la tríplice se firmó 72 días antes de que el Gobierno paraguayo iniciara su incursión diplomática en la crisis uruguaya, enviando la nota conocida como “el Ultimátum del 30 de agosto de 1864”.
El Tratado Secreto
El 1 de mayo de 1865 se firmó el Tratado entre la Argentina, representada por Rufino Elizalde; el emperador del Brasil, por Octaviano de Almeida, y el Uruguay, por Carlos de Castro.
Los tres países contraían una “alianza ofensiva y defensiva en la guerra provocada por el Gobierno del Paraguay”.
La independencia, soberanía e integridad del Paraguay eran garantizadas por cinco años, y en ajuste de límites que ya se establecía de antemano, a la Argentina se le reconocían las tres cuartas partes del territorio paraguayo, y al Imperio del Brasil todo el territorio que disputaba al Paraguay, que quedaba reducido a la Mesopotamia comprendida entre los ríos Paraguay y Paraná, lo que hoy es la Región Oriental; es decir, era más una guerra de despojo territorial que una guerra de redención del Paraguay supuestamente oprimido por su Gobierno.
El libro que aparecerá mañana domingo será muy útil especialmente para los estudiantes en general y para los docentes particularmente, pues les brindará un información rigurosa y una visión amplia y renovada sobre uno de los procesos históricos más extraordinarios que vivió el Paraguay.