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La firma del Tratado de Paz del Chaco fue “un acontecimiento histórico sobre el que debemos meditar con honradez, lucidez y visión de futuro”, inició diciendo Julia Velilla Laconich.
La historiadora se enfocó en la estrategia de paz que José Félix Estigarribia y Germán Bush diseñaron al término del conflicto. “Este país hermano debe convertirse en un aliado estratégico, una vía fundamental para nuestros productos hacia importantes mercados latinoamericanos del Pacífico hasta hoy poco explotados”, señaló.
En tanto el investigador y diplomático Ricardo Scavone Yegros se refirió al tratado y su proyección en el tiempo, es decir “cómo se desarrollaron las relaciones entre Paraguay y Bolivia” después de la entrada en vigencia del acuerdo.
Afirmó que tras la firma los gobiernos se ocuparon de encontrar nuevos contenidos para la vinculación bilateral que hasta entonces estuvo dominada por la controversia en torno al territorio chaqueño.
“Los gobiernos pudieron reafirmar rápidamente las buenas intenciones y definir proyectos conjuntos que orientaron la vinculación oficial hacia el acercamiento positivo. Pero las intenciones y proyectos resultaron de difícil concreción en medio de desajustes políticos y económicos que los dos estados padecieron después de la guerra”, dijo.
En tanto Carlos Mesa, expresidente de Bolivia, manifestó que un elemento fundamental es “tener conciencia de la complejidad y de la dificultad de llevar adelante una aprobación bilateral”.
No obstante, señaló que celebrar estos 80 años “tiene un valor inestimable que es la existencia primero de una paz verdadera, y la idea de amistad, que requiere de una palabra imprescindible: conocimiento”. Afirmó que “necesitamos un conocimiento mutuo más intenso, porque las condiciones de nuestro desarrollo, a pesar de los obstáculos, están dadas”, concluyó, expresando un “profundísmo afecto” por el Paraguay.