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Tras un breve intervalo, el repertorio presentó piezas de mayor intensidad y carácter como “Introducción y rondó caprichoso” de Camille Saint-Saens. La misma contó con una destacada participación de Diego Salazar, como solista de violín.
El artista ofreció luego una interpretación, sin el acompañamiento de la orquesta, arrancando fuertes aplausos del público.
Con cuatro movimientos de distinto carácter, la Camerata ofreció luego la “Sinfonía simple” del compositor inglés Benjamín Britten, volviendo a conquistar los aplausos.
Ya fuera del programa, el “Gallito Cantor”, de José Asunción Flores, marcó el cierre del recital que demostró el potencial y talento tanto de los jóvenes integrantes de la orquesta como del director.