Super Michael Keaton, al rescate

Si hay algo en el cine de Alejandro González Iñárritu, es que es ambicioso y jugado. “Amores perros” fue un filme arrojado en su estilo narrativo, pero melodramático como una novela de Televisa. En “Babel” apuesta más alto y logra un peliculón, y “Biutiful” es demoledor. En fin, González Iñárritu no es un director de medias tintas. Lo amas o lo odias.

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“Birdman” es un filme jugado. Parte de una idea interesante. Toma un superhéroe fuera del eje DC-Marvel (sí, existen superhéroes fuera de estos universos en pugna) y hace una especie de metapelícula sobre superhéroes. Toma un actorazo como Michael Keaton, que ha demostrado con creces que es mucho más que el Batman que le tocó hacer bajo la dirección de Tim Burton, hace más de 25 años. Arma una película de humor negro sobre el show business, muy ágil y atrapante. Pero pretenciosa, con su supuesto plano frecuencia, el sonido de la batería constante y sus citas a Borges y Barthes. En fin, la tinta está muy cargada, no era necesaria tanta parafernalia para una historia sobre el mundo de la actuación.

Eso sí, el elenco de actores está genial. Michael Keaton se hubiese llevado el Óscar por su papel como el torturado Riggan Thomson, que busca reconocimiento artístico, teniendo al personaje de Birdman persiguiéndolo por todas partes; Edward Norton es también un gran actor que no es muy aprovechado en Hollywood y que hace un gran papel en este filme. Naomi Watts, Emma Stone y Zach Galifianakis completan un reparto de grandes estrellas.

En fin, “Birdman” es un filme que hay que verlo. La historia de un hombre que busca librarse de su fantasma y que se salva por sus buenas actuaciones. sferreira@abc.com,py

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