Sublime “Giselle” en los pies de Paloma

La bailarina argentina Paloma Herrera decidió despedir su carrera ante el público paraguayo con el rol romántico más importante del ballet clásico, el de Giselle, la joven que muere enloquecida por un amor imposible.

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El fin de semana pasado, el escenario del Teatro Municipal fue digno de una Paloma Herrera graciosa y etérea, una mezcla conquistadora, sublime desde los primeros segundos en que apareció en la simpática escena del primer acto, donde Giselle coquetea con el conde Albrecht, interpretado en la ocasión por el argentino Juan Pablo Ledó.

Herrera demostró por qué mereció ser por más de veinte años la primera bailarina del American Ballet Theatre, de Nueva York, una de las compañías de danza más importantes del mundo, ya que impresionó al público, que llenó el teatro, con una excelsa e impecable técnica de ballet, a cuya altura también supo estar todo el elenco del Ballet Clásico y Moderno Municipal, bajo la dirección del maestro Miguel Bonnín. Toda la platea rompía en ovaciones cada vez que Herrera cumplía con agilidad las diferentes figuras de danza, como las piruetas y los saltos, que la coreografía de Mario Galizzi propone.

Una emocionada Herrera ofrendó a una apasionada y trágica Giselle, interpretación magistral que quedará grabada en las retinas de quienes tuvieron el privilegio de ver y sentir su actuación.

Envuelta en una lluvia de pétalos de rosas y en la extensa aclamación del público de pie, la bailarina dio repetidas reverencias de agradecimiento, no sin invitar al elenco a que se pusiera en su misma línea para el saludo final, como muestra de que la gran artista también es una gran persona.

Definitivamente su nombre, Paloma, auguró que volaría muy alto, y en Paraguay entregó sus alas con una conmovedora e inolvidable Giselle.

victoria.martinez@abc.com.py

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