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Una de las diversiones en sus actuaciones es cuando llega el momento de arrojar tortas a las caras de sus fans. Con la frase “Cake Me” en carteles y remeras que visten sus seguidores, Aoki los arenga a ser receptores de la torta. Pero el postre en cuestión no es uno tradicional; debe estar especialmente preparado siguiendo las indicaciones que el propio Aoki envía.
Las tortas deben medir 40 centímetros de largo por 30 de ancho y 10 de alto. La crema que lleve por fuera debe ser blanca y no tiene que contener azúcar, para su mejor adherencia al rostro. En las aclaraciones se detalla, además, que de no ser preparada así, el show no alcanzará el mismo nivel, porque la torta no se pegará a la cara de la gente, por lo que pierde toda la gracia y se convierte en un “bad cake” en vez de una esperada “good cake”.
Además, en sus presentaciones se toma un tiempo para navegar, literalmente, sobre los fans. De hecho, incluyó también entre los pedidos tres balsas inflables con capacidad para cinco personas.
Desde que irrumpió en la escena electrónica con gran popularidad hacia el 2012, el DJ es reconocido por haber llevado sus shows a un nivel de interacción en que aporta mucho más que música.