Sofía Mendoza dejó una pléyade de cantantes

Sofía Mendoza, entre tantas cosas que legó al arte en nuestro país, dejó una gran generación de cantantes, especialmente en el campo de la lírica, que después brillaron en la gran época de la zarzuela paraguaya.

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De allí la importancia del trabajo biográfico que realizó Aída Lara Fabio, que forma parte de la colección Gente que Hizo Historia editada por El Lector.

Entre sus discípulos figuran las primeras voces del arte lírico del país como: Aura Mendoza, Alberto Ginés, María Clotilde Balmelli, Judith Ocampos, Ana María Casamayouret, Eladio Pérez González, Lando Tessari, Wilma Ferreira, Santos Lima, Estela Orrego y otros.

Justamente hoy, con el ejemplar de nuestro diario, aparece el libro titulado “Sofía Mendoza”, en el cual la profesora Aída Lara traza su perfil biográfico. Este es el libro número trece de la Colección Gente que hizo Historia, de ABC Color y la editorial El Lector.

Sofía Mendoza nació en la ciudad de Pilar el 10 de julio de 1906. Estudió primero piano, teoría y solfeo en su ciudad natal, con Sarah Silva de Ashwell. Más tarde, en Asunción, el director del Instituto Paraguayo, Fernando Centurión, la motivó hacia el canto.

Obtuvo apoyo económico para estudiar por breve tiempo en Buenos Aires, Argentina, y luego en Turín, Italia, en el Conservatorio Giuseppe Verdi, a través de una beca del gobierno paraguayo, presidido entonces por el Dr. Eligio Ayala. Concluidos sus estudios, al cabo de cuatro años, realizó una gira de conciertos por importantes ciudades italianas como Génova, Milán, San Remo y Ventimiglia.

Regresó al Paraguay en 1932, con escala en Montevideo, Uruguay, donde ofreció un concierto a beneficio de la Cruz Roja Paraguaya –con motivo de la Guerra del Chaco– y realizando presentaciones en el Teatro Solís y el Sodre.

Sofía llegó a Montevideo en 1933; la Guerra del Chaco estaba en su apogeo. En esos días se interiorizó de la situación paraguaya, e inició una serie de actividades culturales en beneficio de la Cruz Roja Paraguaya. Toda la sociedad montevideana la apoyó. Inició presentaciones en radio El Sodre de la capital oriental y otras emisoras del país.

Cuando terminó sus actividades, pasó a Buenos Aires, se adhirió al movimiento cultural y de solidaridad con la Cruz Roja Paraguaya, con el propósito de asistir a los heridos en batalla.

En la capital porteña comenzó a tomar contactos con los paraguayos residentes en la misma.

Se presentó a un concurso para formar parte del elenco del Teatro Colón de Buenos Aires, al que ingresó en carácter de cantante estable por espacio de once años. Debutó con el Stabat Mater de Pergolesi y luego interpretó roles en: Cavalleria Rusticana, Il Trovatore, Boris Godunof, Suor Angélica, Madame Butterfly. Actuó bajo la batuta de Erich Kleiber, Ferrucio Calusio, Tulio Serafín, Juan José Castro, Alberto Wolf y otros. Se presentó también en dos temporadas del Teatro Municipal de Río de Janeiro, en la Santa Ana y Municipal de Sao Paulo.

En 1944, durante el gobierno del general Higinio Morínigo, regresó al Paraguay y con los auspicios del Ministerio de Educación y Culto creó la Escuela Nacional de Canto que, luego de dos décadas de brillante actividad, en 1965 se convirtió en la actual Escuela Municipal de Canto que lleva su nombre.

Por su extraordinaria labor artística y docente, fue condecorada con la Orden al Mérito Educacional.

Sofía Mendoza falleció en Buenos Aires el 3 de julio de 1976.

La autora de esta biografía, Aída Lara Fabio, es licenciada en Comunicación, locutora y docente. Es una profunda conocedora del folclore y del arte folclórico de nuestro país. Tiene además varios libros publicados y una gran cantidad de notas periodísticas publicadas en diversos medios nacionales e internacionales.

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