Soda, libertad y fantasía

El Circo del Sol ha traducido la estética del rock de los ochenta en su espectáculo “Sep7imo Día: No descansaré” realizado sobre la música de Soda Stereo. La obra, que agregó funciones hasta el 29 en el Jockey Club, es una conjunción de música, video y los malabares y acrobacias. Una puesta que juega con la nostalgia, la magia y la tecnología.

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Para quienes conocimos la obra de Soda Stereo desde los años ochenta, que vimos al grupo en sus conciertos en Paraguay, el espectáculo del Cirque du Soleil es un encuentro con aquellos años. El chico que abre el espectáculo, encerrado dentro de una jaula, y que se libera al escuchar la música, representa a todos nosotros, que hemos sentido en la música rock, y en el todo el arte, una manera de liberarnos de nuestras ataduras. El rock nos ha dado a muchos una sensación de libertad, una apertura a un mundo nuevo. Cada uno luego habrá emprendido su camino particular. Algunos habrán vuelto a la jaula (para muchos, el mismo rock se ha convertido en una jaula) y otros encontraron una forma de relacionarse con el mundo más libre y desenfadada, inspirados por las canciones.

El circo ha sido por antonomasia la representación de la fantasía. En todos sus años, el Cirque du Soleil se ha propuesto incorporar todas las expresiones de fantasía en sus espectáculos. Así ha sido con las películas de Fellini y la Comedia del Arte, el arte oriental, las comedias shakesperianas y, por supuesto, el mundo del rock.

No hemos visto “Love”, que es la primera obra que el Cirque du Soleil desarrolló sobre la música rock, en ese caso, la obra de Beatles. Pero en lo que se refiere a “Sep7imo Día”, el famoso circo canadiense se ha inspirado en la estética de los años ochenta, donde el videoclip tenía una presencia muy protagónica, los “raros peinados nuevos” (al decir de Charly García) y los colores intensos. Combinados con la música son los elementos del “universo Soda”. Un astronauta, que parece haber saltado de una viñeta de historieta, planta la bandera de “Dynamo” en este planeta anunciándonos el mundo de fantasía al que vamos a ingresar.

La obra comienza con esas canciones desenfadadas del primer Soda, como “Mi novia tiene bíceps” o “Te hacen falta vitaminas” para luego entrar en los temas que consagraron al grupo en todo el continente. Como en “Love”, son versiones renovadas realizadas con nuevas mezclas. En “Sobredosis de TV”, en que el clown actúa con el video, se aprecia la fuerza del videoclip, al igual que en “Un millón de años luz”. Genial es Zendra Tabasco, que se cuelga del cabello en “Luna roja”. Ella misma canta “Té para tres” con una guitarra, rodeada de todo el público. La traducción exacta de la comunión rockera entre público y artista llevada a escena por el Cirque du Soleil.

sferreira@abc.com.py

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