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“Yo de pequeño tenía un sueño”, fue la frase que, proyectada en las pantallas, marcaba el inicio del show de Alejandro Sanz. En el escenario aún no se divisaba a nadie y, sorpresivamente, el cantante ingresó desde abajo, encabezando una marcha seguido en fila por sus músicos, pasando muy cerca del público, para luego subir y empezar con “El silencio de los cuervos”, “Desde cuándo” y “Quisiera ser”.
“Es un honor y un placer para mí volver a este bendito país. Gracias por darme la oportunidad de cantarles de nuevo. Esto va por ustedes, disfrútenlo y pásenla bien”, dijo, para continuar con “No me compares” y “La música no se toca”.
Un enganchado de “Amiga mía”, “Mi soledad y yo” y “Y si fuera ella” antecedió a “Corazón partío”, interpretada a dúo con la cantante paraguaya Sol Pérez, de Dalí, quien mostró mucha actitud y desenvoltura.
Siguió con “Labana”, “Camino de rosas”, “Un zombie a la intemperie” y “No es lo mismo”. Para “Looking for Paradise” cantó con su corista Sara Devine, dueña de una poderosa voz y una simpatía contagiante.
Ya en la recta final, Sanz se adueñó del piano en un clima intimista, para hacer “Lo ves” y “A que no me dejas”. De las baladas dio un giro para volver al ritmo con “Capitán Tapón”, “Viviendo de prisa” y “Pisando fuerte”, que puso punto final al show.
El espectáculo mostró un imponente despliegue tecnológico en cuanto a pantallas y escenografía, la cual estaba compuesta de luces que formaban diferentes figuras que subían y bajaban y cambiaban de color.
Además, Sanz vino acompañado por nueve músicos, todos multiinstrumentistas, de los cuales cuatro eran mujeres, quienes aparte de tocar trompeta, piano y bajo, también alternaban la tarea de coristas. Fue un placer ver cómo en todo momento el español daba protagonismo y alababa a su conjunto, pidiendo siempre aplausos para ellos. Así, además de su estilo particular al cantar, Sanz se destaca también por una gran humildad y un carisma indiscutible.
La euforia del público fue tal que, para varias canciones, Sanz dejó que fueran su coro. Al final, pudimos saber que su sueño de pequeño era cantar para y con la gente.
Lo negativo ocurrió en el VIP, donde hubo quejas por lugares mal ubicados, lo que generó un retraso en la entrada a este sector, por un malentendido de la productora.
victoria.martinez@abc.com.py