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“Todavía no termino de caer, sigo sorprendido, era un deseo grande para mí. Todavía estoy a caballo entre la sorpresa y la alegría pero cada vez menos sorprendido y cada vez más feliz”, declara Sacheri a la AFP, luego de ser distinguido en España con el premio dotado además de 175.000 dólares.
Es la tercera vez que Sacheri, de 48 años, se presenta en esta competencia por el prestigioso galardón, convencido de que era “uno de esos premios que uno siente que es un honor ganar”, dijo.
La novela ganadora, “La Noche de la usina”, está ambientada en la durísima crisis económica de 2001 en Argentina. Sacheri considera la distinción como “un reconocimiento netamente literario” tan importante como el Óscar a la Mejor Película Extranjera que obtuvo en 2010 la película de Campanella, basada en su novela “La pregunta de sus ojos” y cuyo guión coescribió.
“El Óscar fue muy útil, me abrió muy buenas perspectivas de trabajo en el mundo del guión cinematográfico, fue un gran espaldarazo. Tener ahora un premio literario de esta envergadura representa para mí un envión muy fuerte del lado estrictamente literario”, sostiene.
Sin saber si esta nueva novela tendrá como destino el cine, como le ocurrió con “Papeles en el viento”, que filmó en 2015 Juan Taratuto, y “Metegol”, dirigida por Campanella, el autor se considera “recontrahecho”.
“Lo que quiero es seguir escribiendo y ojalá haya gente que quiera seguir leyendo lo que escribo”, comenta. Entretanto, ya trabaja junto a Campanella en un nuevo guión, esta vez original, para un proyecto cinematográfico. “Estamos en esa primera fase de guión original, muy tentativa”, revela sin poder dar pistas sobre el argumento.
Su premiada nueva novela se enmarca en la crisis de 2001 con el “corralito” que bloqueó todos los depósitos bancarios en Argentina, pero también habla de “tipos que son estafados, que buscarán un modo de reponerse, de reactivarse, tomar revancha”, explica el autor.
La historia transcurre en O’Connor, un pueblo ficticio en medio de la rica pampa húmeda, que Sacheri creó para una anterior novela “Aráoz y la verdad” (2008) y que bautizó así por un imaginario irlandés “dueño de un campo con muchas ovejas y el primer gringo afincado ahí”, afirma el autor.