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LONDRES (EFE, por Viviana García). Querido dentro y fuera del mundo del espectáculo y con varias décadas de actuación a sus espaldas, será recordado también por el papel de Simon Templar en la serie de televisión “El Santo”, emitida en los años sesenta.
Pero sobre todo, Roger Moore –nacido el 14 de octubre de 1927 en Londres– cobró notoriedad por ponerse en la piel del agente de los servicios secretos MI6, con licencia para matar.
El club Internacional de Admiradores de James Bond señaló hoy que nadie como Sir Roger Moore “lo hizo mejor como Bond” y resaltó que fue un “gran embajador” de la franquicia del famoso espía.
“Desde el anuncio de sustituto de Sean Connery en agosto de 1972 hasta su retirada en diciembre de 1985, él emocionó y llamó la atención a toda una nueva generación de aficionados de Bond”, indicó ese club en un comunicado tras conocerse la muerte.
Moore mantuvo vivo el espíritu creado por el autor Ian Fleming en las siete películas en que dio vida al agente 007, señaló el club de fans.
Aunque nunca fue aclamado por sus brillantes dotes de actuación, Moore aportaba a sus principales personajes un toque de distinción y caballerosidad, como fue el caso del papel de Lord Brett Sinclair en la serie de televisión “Dos tipos audaces”, junto al estadounidense Tony Curtis.
Su primer filme como el agente 007 fue en “Vivir y dejar morir” (1973), que tuvo banda musical de Paul McCartney.
Tras sus años en el mundo del espectáculo, que inició siendo modelo y saltando a la fama en la serie “Ivanhoe” (1958), Moore se sumó al trabajo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), lo que le valió el título de caballero en 2003. El actor había dicho en su día que fue su amiga Audrey Hepburn la que le acercó al mundo de Unicef.