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Si bien Abramo con su obra es considerado un modernista en las artes plásticas brasileñas, escogió estar al margen del sistema de poder en el arte, según Paulo Herkenhoff curador de la muestra “Insurgencia y lirismo” que ha estado habilitada en la Biblioteca Mario de Andrade, de São Paulo, desde diciembre y culmina hoy.
La muestra documenta la obra de Abramo desde sus inicios, con grabados de la década del treinta hasta sus últimos trabajos pertenecientes a la serie “Los frisos del Partenón”, de fines de los años ochenta.
“Nunca fue marquetero de su obra. Por setenta años, Livio Abramo dibujó y grabó. Con un cuchillo o una gubia puntiaguda, hirió una matriz de madera, metal o piedra, para abrir grabados que expresasen su profunda visión de la sociedad y la mirada lírica sobre el mundo”, manifiesta Herkenhoff.
El curador destaca las obras producidas en nuestro país: Las lluvias, Ñandutí, y la serie Paraguay.
“Es un tratado amoroso del urbanismo histórico paraguayo. El legado ético de Livio Abramo para los dos países es un cristal simbólico que, si no apaga la deuda moral del Brasil con Paraguay, al menos le eleva el espíritu que vale por un pedido de perdón”.
La concepción y coordinación general de la muestra estuvo a cargo del Instituto Livio Abramo, de São Paulo.