Retrato de una mujer en bancarrota

Aún está en cartelera una de las mejores películas que hemos visto el año que pasó. La poderosa “Blue Jasmine”, la historia de una mujer en bancarrota. No se trata de otra comedia más de Woody Allen. Es un drama que tiene algunos toques de comedia, característicos de Allen, pero que, en definitiva, es un drama sobre las ambiciones, las apariencias y las oportunidades perdidas.

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Un amigo teatrero me hizo ver que hizo “Blue Jasmine” es como una versión moderna de “Un tranvía llamado deseo”, cuya versión teatral la vi hace tanto tiempo. Así como “A Roma con Amor” tiene algo de “El jeque blanco”, de Fellini, y “Matchpoint”, de “Crimen y castigo”, Jasmine es Blanche Dubois. Seguramente, el viejo Allen vio la puesta de Liv Ullman de la famosa obra de Tennessee Williams con Blanchett en el papel de Dubois, montada hace unos años en New York.

En esta película, Jasmine se muda de New York a San Francisco, luego de que su marido cayera en bancarrota. Va a vivir con su hermana menor, una cajera de supermercado que se maneja con lo justo. Jasmine se ha impuesto salir adelante y recuperar su vida de esplendor.

El reparto es excelente. Blanchett sostiene la película como una mujer perturbada. No hace de Woody Allen como tantos actores que han protagonizado sus filmes recientes. Compone un papel inquietante y atrapante. Sally Hawkins es Ginger, su hermana (la Stella, de la obra de Williams) y Bobby Cannavale es Chili, el novio de Ginger, el Stanley Kowalski versión 2013. Alec Baldwin es el ex marido de Jasmine, y el comediante Andrew Dice Clay que retorna al cine como el ex de Ginger, en un papel que nada desentona.

sferreira@abc.com.py

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