Cargando...
Luz María Bobadilla, connotada artista seguidora de su música, rememora en este artículo el paso de "Mangoré" por Venezuela, donde ella recientemente realizó una gira en memoria del ilustre músico."Seis rayos de Luz" se denominó la serie de conciertos de mi tercera visita a Venezuela, donde he tenido la oportunidad de revivir los principales momentos de la vida de Barrios en Caracas, Maracaibo y Ciudad Bolívar, así como su relación con los guitarristas de su época y lo que significó para el desarrollo de la escuela guitarrística venezolana.
Grata fue la sorpresa cuando terminado el concierto que ofrecí en Caracas el investigador Alejandro Bruzual me entrega el libro "Visitantes de la Guitarra: Un siglo de concertistas extranjeros en Venezuela", editado en el año 2008, el cual es un interesante compendio del paso de quienes dejaron una huella en la historia guitarrística de ese país.
De Paraguay se menciona con biografía y programa a Barrios Mangoré (1932 y 1936); Sila Godoy (1986) y de Luz María Bobadilla (1992).
Con Alejandro nos encontramos nuevamente en el 11 Festival Internacional de Guitarra de Angostura en Ciudad Bolívar, cuna de otro gran intérprete y compositor: Antonio Lauro (1917-1986), en donde disertamos acerca de Lauro y Barrios, respectivamente, con la exposición y conclusión que transcribo en este artículo.
Llegada de Agustín Barrios a Venezuela, 1932
Barrios llega a Caracas en 1932, con un representante que había conocido en Trinidad, el clarinetista y compositor de óperas y zarzuelas José Francisco Colloca, quien residía en Ciudad Bolívar desde los años 1917 y donde mantuvo amistad con el padre de Antonio Lauro.
En las referencias documentales de Ciudad Bolívar figura Colloca como padrino de bautismo masón de Antonio Lauro en el año 1919 (siendo aún niño).
Volviendo a Barrios: el 21 de febrero de 1932 realizó su primera presentación para la prensa, como era costumbre de la época, en la Academia Nacional de Bellas Artes, causando la admiración y sorpresa de los asistentes y comenzando las inevitables comparaciones con Segovia, quien aún no había visitado el país.
El primer concierto público fue anunciado en todos los periódicos, como "Gran acontecimiento artístico".
El programa estaba constituido por obras de Barrios en su mayor parte, además composiciones de Tárrega, Albeniz, J.S.Bach, Chopin, Mozart, Sor. Aunque no asistió numeroso público, la prensa no escatimó elogios.
Dos días más tarde se anunció el segundo concierto como "Gran concierto por el mago de la guitarra" con un programa totalmente diferente, y aunque la crítica siguió elogiándolo, solo se había acrecentado un poco más el público: unas 300 personas más o menos.
Ello se debió posiblemente a que la alta sociedad que concurría al principal escenario de concierto no veía con buenos ojos la presentación de un indio guaraní adornado con penacho de plumas, arco y flecha, interpretando un instrumento considerado casi despectivamente muy vulgar, no propicio como para subir al principal escenario de Caracas.
Recién el tercer concierto ofrecido el 1 de marzo, anunciado como "auténtico, colosal extraordinario. Exito sin precedente en Caracas", fue entonces cuando conquistó al público que lo acompañaría por el resto de sus presentaciones.
Creación de la primera cátedra de guitarra en Sudamérica
Gracias al éxito de este tercer concierto, fue promovida una presentación más como "Festival de guitarra en honor al indio más genial que ha visitado Caracas".
Este recital tuvo gran importancia para la formación de la escuela guitarrística venezolana.
Barrios ya había entablado amistad con Raúl Borges (1882-1967), quien era el venezolano con mayores conocimientos guitarrísticos, aunque con poca reputación porque la guitarra en sí no era bien considerada en la época.
En este concierto, Borges tuvo la oportunidad de lucir sus dotes de guitarrista, y Barrios interpretó "Fuente Morisca" de Borges y formó con él un quinteto, sumándose el guitarrista Manuel Leoncio Porras, las maracas de Estatio Crespo y el cuatro de Leoncio Navarte, interpretando un joropo.
Luego en trío, Borges-Barrios-Porras, interpretaron "Zapateado Caribe", compuesto por Barrios especialmente para la ocasión. Esta es la única obra para trío compuesta por Barrios.
El público ya abarrotaba puertas y pasillos y los conciertos se sucedían uno tras otro, con programas diferentes, y con éxito de público y prensa. Solo en Caracas fueron dados 30 conciertos.
Realmente la presencia de Barrios suscitó un gran interés por el estudio de la guitarra y una notable influencia en la creación de la cátedra de guitarra el 2 de setiembre de 1932, nombrando a Raúl Borges como primer profesor de la cátedra de "guitarra grande", como se la llamaba a la guitarra para diferenciarla de la guitarra chica, el 4 venezolano. De esta manera se crea la primera cátedra de guitarra de Sudamérica.
De allí en más, Borges dedicó su vida a la docencia entre los que sobresaldría Antonio Lauro, y más tarde Alirio Díaz, entre otros.
Formándose la gran trilogía venezolana de la guitarra: Maestro: Raúl Borges, compositor: Antonio Lauro e intérprete: Alirio Díaz.
Esta trilogía es la consecuencia de otra gran trilogía de la época formada por el maestro Saínz de la Maza (1896-1981), compositor Agustín Barrios, y el intérprete Andrés Segovia (1893-1987).
El entusiasmo hacia el estudio de la guitarra que generó en Venezuela la presencia de Barrios fue fortalecida por la presencia posterior de Segovia, quien consolidó a la guitarra como instrumento de concierto, y por Regino Saínz de la Maza, quien ocupó la primera cátedra de guitarra de la Real Academia de Madrid en 1935.
¿Truco publicitario?
Cuando el 5 de marzo se anunciaba el último concierto de Barrios, unas indias venezolanas, sospechosamente asiduas al teatro municipal, hicieron llegar una carta al representante de Barrios, José Francisco Colloca, rogando en nombre de Kamyra, que diera al menos cinco conciertos más antes de marcharse.
Firmaban "Varias indias Venezolanas".
A esto Colloca responde a las "amables desconocidas", que Barrios accede a cumplir la petición.
Esta petición haya sido o no un truco publicitario, como puede intuirse, tuvo plena aceptación del público.
Segunda llegada de Barrios a Venezuela, 1936
Barrios vuelve a Venezuela en 1936 debido a la situación poco favorable en Europa, buscando el éxito anterior, pero inexplicablemente eso no ocurre.
Recorre varias ciudades, toca en el célebre Teatro Baralt el 25 de noviembre y 15 y el 24 de diciembre.
Los periódicos zulianos reseñan que el 9 de diciembre Barrios ofrecería un concierto radial por "primera vez".
El diario Panorama lo anunciaba como "grandioso acontecimiento musical". Stover sin embargo señala que Barrios ya había difundido sus interpretaciones en otras emisoras fuera de Venezuela, lo cual nos lleva a preguntarnos si las otras no eran en vivo.
El último comentario registrado en Venezuela y que aparece en el diario Panorama de Maracaibo se lee: "( .) hemos tenido el placer de acercarnos a este artista de recia personalidad e innata modestia, y hemos podido palpar que en este indio tiene nuestra América legítima representación musical", el 17 de diciembre de 1936.
Homenaje a Barrios en Venezuela
Luego de 73 años y en homenaje a Agustín Barrios, el Teatro Baralt, hoy patrimonio de la humanidad, revivió la historia y recibiendo los sonidos de la música de "Mangoré" de manos paraguayas.
En su edición del 27 de julio de 2009, página 4 de Arte y Espectáculos se lee: "(...) desde sus primeros acordes empezaron los aplausos. ( ) el inmenso escenario del Teatro Baralt- en el marco de su 126 aniversario se llenó con el talento y la destreza de Luz María Bobadilla ( )", y el diario La Verdad, también de Maracaibo, el día 27 de julio de 2009, titula: "Guitarrista paraguaya estremece audiencia del Teatro Baralt".
Nota de la redacción: El libro "Visitantes de la Guitarra: Un siglo de concertistas extranjeros en Venezuela" no menciona sin embargo la visita y actuación de Berta Rojas en Venezuela. Suponemos que la publicación del libro fue antes de que la citada concertista de guitarra pisara suelo venezolano. Rojas actuó en el Teatro "Teresa Carreño" de Caracas, en mayo de 2008. Ella es también seguidora y promotora de la música de Agustín Barrios.
Grata fue la sorpresa cuando terminado el concierto que ofrecí en Caracas el investigador Alejandro Bruzual me entrega el libro "Visitantes de la Guitarra: Un siglo de concertistas extranjeros en Venezuela", editado en el año 2008, el cual es un interesante compendio del paso de quienes dejaron una huella en la historia guitarrística de ese país.
De Paraguay se menciona con biografía y programa a Barrios Mangoré (1932 y 1936); Sila Godoy (1986) y de Luz María Bobadilla (1992).
Con Alejandro nos encontramos nuevamente en el 11 Festival Internacional de Guitarra de Angostura en Ciudad Bolívar, cuna de otro gran intérprete y compositor: Antonio Lauro (1917-1986), en donde disertamos acerca de Lauro y Barrios, respectivamente, con la exposición y conclusión que transcribo en este artículo.
Llegada de Agustín Barrios a Venezuela, 1932
Barrios llega a Caracas en 1932, con un representante que había conocido en Trinidad, el clarinetista y compositor de óperas y zarzuelas José Francisco Colloca, quien residía en Ciudad Bolívar desde los años 1917 y donde mantuvo amistad con el padre de Antonio Lauro.
En las referencias documentales de Ciudad Bolívar figura Colloca como padrino de bautismo masón de Antonio Lauro en el año 1919 (siendo aún niño).
Volviendo a Barrios: el 21 de febrero de 1932 realizó su primera presentación para la prensa, como era costumbre de la época, en la Academia Nacional de Bellas Artes, causando la admiración y sorpresa de los asistentes y comenzando las inevitables comparaciones con Segovia, quien aún no había visitado el país.
El primer concierto público fue anunciado en todos los periódicos, como "Gran acontecimiento artístico".
El programa estaba constituido por obras de Barrios en su mayor parte, además composiciones de Tárrega, Albeniz, J.S.Bach, Chopin, Mozart, Sor. Aunque no asistió numeroso público, la prensa no escatimó elogios.
Dos días más tarde se anunció el segundo concierto como "Gran concierto por el mago de la guitarra" con un programa totalmente diferente, y aunque la crítica siguió elogiándolo, solo se había acrecentado un poco más el público: unas 300 personas más o menos.
Ello se debió posiblemente a que la alta sociedad que concurría al principal escenario de concierto no veía con buenos ojos la presentación de un indio guaraní adornado con penacho de plumas, arco y flecha, interpretando un instrumento considerado casi despectivamente muy vulgar, no propicio como para subir al principal escenario de Caracas.
Recién el tercer concierto ofrecido el 1 de marzo, anunciado como "auténtico, colosal extraordinario. Exito sin precedente en Caracas", fue entonces cuando conquistó al público que lo acompañaría por el resto de sus presentaciones.
Creación de la primera cátedra de guitarra en Sudamérica
Gracias al éxito de este tercer concierto, fue promovida una presentación más como "Festival de guitarra en honor al indio más genial que ha visitado Caracas".
Este recital tuvo gran importancia para la formación de la escuela guitarrística venezolana.
Barrios ya había entablado amistad con Raúl Borges (1882-1967), quien era el venezolano con mayores conocimientos guitarrísticos, aunque con poca reputación porque la guitarra en sí no era bien considerada en la época.
En este concierto, Borges tuvo la oportunidad de lucir sus dotes de guitarrista, y Barrios interpretó "Fuente Morisca" de Borges y formó con él un quinteto, sumándose el guitarrista Manuel Leoncio Porras, las maracas de Estatio Crespo y el cuatro de Leoncio Navarte, interpretando un joropo.
Luego en trío, Borges-Barrios-Porras, interpretaron "Zapateado Caribe", compuesto por Barrios especialmente para la ocasión. Esta es la única obra para trío compuesta por Barrios.
El público ya abarrotaba puertas y pasillos y los conciertos se sucedían uno tras otro, con programas diferentes, y con éxito de público y prensa. Solo en Caracas fueron dados 30 conciertos.
Realmente la presencia de Barrios suscitó un gran interés por el estudio de la guitarra y una notable influencia en la creación de la cátedra de guitarra el 2 de setiembre de 1932, nombrando a Raúl Borges como primer profesor de la cátedra de "guitarra grande", como se la llamaba a la guitarra para diferenciarla de la guitarra chica, el 4 venezolano. De esta manera se crea la primera cátedra de guitarra de Sudamérica.
De allí en más, Borges dedicó su vida a la docencia entre los que sobresaldría Antonio Lauro, y más tarde Alirio Díaz, entre otros.
Formándose la gran trilogía venezolana de la guitarra: Maestro: Raúl Borges, compositor: Antonio Lauro e intérprete: Alirio Díaz.
Esta trilogía es la consecuencia de otra gran trilogía de la época formada por el maestro Saínz de la Maza (1896-1981), compositor Agustín Barrios, y el intérprete Andrés Segovia (1893-1987).
El entusiasmo hacia el estudio de la guitarra que generó en Venezuela la presencia de Barrios fue fortalecida por la presencia posterior de Segovia, quien consolidó a la guitarra como instrumento de concierto, y por Regino Saínz de la Maza, quien ocupó la primera cátedra de guitarra de la Real Academia de Madrid en 1935.
¿Truco publicitario?
Cuando el 5 de marzo se anunciaba el último concierto de Barrios, unas indias venezolanas, sospechosamente asiduas al teatro municipal, hicieron llegar una carta al representante de Barrios, José Francisco Colloca, rogando en nombre de Kamyra, que diera al menos cinco conciertos más antes de marcharse.
Firmaban "Varias indias Venezolanas".
A esto Colloca responde a las "amables desconocidas", que Barrios accede a cumplir la petición.
Esta petición haya sido o no un truco publicitario, como puede intuirse, tuvo plena aceptación del público.
Segunda llegada de Barrios a Venezuela, 1936
Barrios vuelve a Venezuela en 1936 debido a la situación poco favorable en Europa, buscando el éxito anterior, pero inexplicablemente eso no ocurre.
Recorre varias ciudades, toca en el célebre Teatro Baralt el 25 de noviembre y 15 y el 24 de diciembre.
Los periódicos zulianos reseñan que el 9 de diciembre Barrios ofrecería un concierto radial por "primera vez".
El diario Panorama lo anunciaba como "grandioso acontecimiento musical". Stover sin embargo señala que Barrios ya había difundido sus interpretaciones en otras emisoras fuera de Venezuela, lo cual nos lleva a preguntarnos si las otras no eran en vivo.
El último comentario registrado en Venezuela y que aparece en el diario Panorama de Maracaibo se lee: "( .) hemos tenido el placer de acercarnos a este artista de recia personalidad e innata modestia, y hemos podido palpar que en este indio tiene nuestra América legítima representación musical", el 17 de diciembre de 1936.
Homenaje a Barrios en Venezuela
Luego de 73 años y en homenaje a Agustín Barrios, el Teatro Baralt, hoy patrimonio de la humanidad, revivió la historia y recibiendo los sonidos de la música de "Mangoré" de manos paraguayas.
En su edición del 27 de julio de 2009, página 4 de Arte y Espectáculos se lee: "(...) desde sus primeros acordes empezaron los aplausos. ( ) el inmenso escenario del Teatro Baralt- en el marco de su 126 aniversario se llenó con el talento y la destreza de Luz María Bobadilla ( )", y el diario La Verdad, también de Maracaibo, el día 27 de julio de 2009, titula: "Guitarrista paraguaya estremece audiencia del Teatro Baralt".
Nota de la redacción: El libro "Visitantes de la Guitarra: Un siglo de concertistas extranjeros en Venezuela" no menciona sin embargo la visita y actuación de Berta Rojas en Venezuela. Suponemos que la publicación del libro fue antes de que la citada concertista de guitarra pisara suelo venezolano. Rojas actuó en el Teatro "Teresa Carreño" de Caracas, en mayo de 2008. Ella es también seguidora y promotora de la música de Agustín Barrios.