Cargando...
Su nieta, Nidia Ocampos Giménez de León, lo recuerda como un hombre pulcro, e insta a que se interpreten más sus obras.
“Mis primeros recuerdos sobre su persona datan de mi infancia y adolescencia, cuando estudiaba piano, teoría y solfeo en la Escuela Normal de Música”, dijo Nidia al recordar a su abuelo.
“Mi madre, doña Bella Lidia Giménez de Ocampos, hija de Remberto, estuvo siempre a su lado, acompañándolo en la tarea de la enseñanza de la música desde su temprana juventud. Ambos profesaban el mismo amor hacia la docencia y difusión de la música”, manifestó.
Así también, Nidia hizo énfasis en que su abuelo, además de ser un “eximio compositor y violinista”, era también “un hombre con mucha voluntad”. Destacó que “se esforzaba siempre por dar lo mejor de sí mismo”.
Como persona, él “rebosaba optimismo por sobre todas las cosas. Siempre estaba pensando en hacer algo más por la cultura de nuestro país, dando a conocer no solo obras nacionales sino obras del repertorio universal”, recordó Nidia.
Asimismo, resaltó que Remberto era un “hombre pulcro y ordenado. Lo recuerdo vistiendo traje blanco, que se usaba en aquel entonces. Vivía en la casa de la calle Segunda Proyectada y 15 de Agosto, donde siempre se festejaban los acontecimientos familiares. Allí se celebró la fiesta de mi casamiento y él dirigió una pequeña orquesta en la ceremonia religiosa, en la iglesia San José”, contó.
Acerca del concierto de hoy, dijo que es una “magnífica oportunidad” para homenajearle. “Él se merece porque fue un pionero de la música”, afirmó, “y sus músicas deben tocarse más porque nuestra juventud actual creo que no conoce mucho de él”.
La “Rapsodia Paraguaya” es la obra favorita de Nidia y podrá ser escuchada hoy, en el concierto, junto con otras composiciones de Remberto.