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El acto de premiación se realizó en el café del Teatro Municipal Ignacio A. Pane con la presencia del intendente Arnaldo Samaniego, la coordinadora del concurso, Hedy Benítez, y los integrantes del jurado: Alcibiades González Delvalle, Ana Martini y Luis María Martínez.
De entre las 57 obras presentadas a la convocatoria, también recibieron menciones especiales “El hombre víbora” de Irina Ráfols, “Carlos Miguel Jiménez” de Mario Rubén Álvarez”, “El guardián de los recuerdos” de Susana Gertopán, “Volver la vista atrás” de Víctor Casartelli y “Varadero (El burdel de Ña Candé)” de Victorio V. Suárez.
Durante su discurso, Casola lamentó la difusión que tienen algunos “autores menos que mediocres” gracias al marketing internacional, al tiempo de recordar que la intención de “Café con leche con pan y manteca” fue rendir un homenaje a su primera novela “El laberinto”, publicada hace 40 años.
“Pienso que todavía existen hombres antiguos en los tiempos modernos, que cultivan el amor a la patria, la integridad moral y la pasión por la libertad”, agregó el escritor, al tiempo de recordar que a lo largo de su carrera publicó unos 16 títulos tanto de narrativa, como ensayos y poesías.
Según el veredicto del jurado, en su obra Casola presenta un rico relato sobre una familia de clase media “a través de figuras casi oníricas, evidenciando el fenómeno social que se observa en el grupo familiar”.
La novela de Chiquita Barreto, que recibió el segundo lugar, presenta la historia de una joven abandonada en las puertas de un convento donde da a luz.
Martini destacó la vigencia de esta premiación que tuvo este año su 12º edición, y que se realiza cada dos años. Por su parte, el intendente Samaniego instó a los escritores a seguir enriqueciendo el acervo literario.
De acuerdo al reglamento, el premio es superior a 20 salarios mínimos repartidos en un 70% para el primer lugar, y en un 30% para el segundo puesto.