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Filmes como “La pandilla salvaje” o “El bueno, el malo y el feo” despuntaban entre un montón de producciones que, afortunadamente, ya nadie recuerda hoy en día.
“Avenida Cloverfield 10”, afortunadamente, está entre las que sobresalen. Una película que parte de la producción realizada en 2008 pero que tiene que ver solo tangencialmente con la historia del monstruo que atacaba Manhattan, como si fuera una especie de Godzilla. Estaba relatado, al igual “Blair Witch Project”, con las cámaras agitadas como si fueran tomas amateurs.
El director Dan Trachtenberg debuta con un filme claustrofóbico, que se fortalece con muy buenas actuaciones que mantienen en vilo al espectador. Trachtenberg hace un buen manejo de la tensión en el relato. Constantemente nos estamos preguntando qué es lo qué realmente está pasando en la película. ¿A quién tenemos qué creer? Y ahí está lo fuerte de la película, lo que nos mantiene enganchados a ella.
Uno tiene que escribir sobre “Avenida Cloverfield 10” con mucha cautela porque lo importante es que la sorpresa tenga efecto. Trataremos de no arruinar la historia: Michele abandona su casa en medio de un caos general luego de haber peleado con su novio, y toma la ruta en medio de un gran apagón, sin nadie alrededor. Sufre un violento choque y al despertar se encuentra herida y atada en un refugio subterráneo.
Allí conoce a Howard, quien dice haber construido un búnker ante la posibilidad de una invasión extraterrestre o un apocalipsis devastador. Dice que ha salvado a Michelle y al vecino Emmett. Ella cree que ha sido secuestrada y tratará de escapar lo antes posible. Y en esa duda nos manejamos. Una historia que puede sostenerse con muy buenas actuaciones como las de Mary Elizabeth Winstead, John Goodman y John Gallagher Jr.
En fin, con poco presupuesto pero mucha inteligencia, tenemos en “Avenida Cloverfield 10” un thriller psicológico que da más miedo que cualquier “poseído” de crepón con los ojos desorbitados.
sferreira@abc.com.py