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La filosofía ganó, indudablemente, un gran pensador con Platón, el hombre que pensaba dedicarse a la política y terminó siendo filósofo a raíz de la injusticia que percibió en la condena a su maestro Sócrates.
El domingo, los lectores de ABC Color podrán disfrutar, justamente, de una de las obras cumbres de Platón: "El banquete".
El volumen que aparecerá en el marco de la Colección Líderes del Pensamiento Universal, publicada por la editorial El Lector, incluye otro texto platónico, "Critón", un diálogo con Sócrates poco antes de que este consumiera la cicuta.
Platón nació en Atenas en el 427 y murió hacia el 347 a. C. Su nombre verdadero era Arístocles, pero tenía el apodo de Platón (el de las espaldas anchas). Algunos biógrafos consideran que su madre, al ser integrante de una familia acomodada, habría sido una discípula pitagórica.
Platón tuvo serias intenciones de dedicarse a la política. Sin embargo, la muerte de Sócrates después de un proceso injusto lo llevó a inmiscuirse de lleno en los asuntos filosóficos.
En ese sentido, el hecho de haberse encontrado con Sócrates significará con apenas veinte años de edad un acontecimiento muy importante que definirá su vocación filosófica. No obstante, la actividad política seguía llamando su atención, aunque sus apreciaciones eran un tanto críticas, en uno de sus textos se puede leer: "... no hay nada sano por así decirlo en la actividad política, y que no cuentan con ningún aliado con el cual puedan acudir en socorro de las causas justas y conservar la vida, sino que, como un hombre que ha caído entre fieras, no están dispuestos a unírseles en el daño ni son capaces de hacer frente a su furia salvaje y que, antes de prestar algún servicio al Estado o a los amigos, han de perecer sin resultar de provecho para sí mismos o para los demás".
Supuesto viaje a Egipto
Una vez muerto su maestro, Platón se retiró de Atenas hacia Megara. Además, algunos llegaron a sostener que viajó por Oriente. Plutarco, en sus Vidas paralelas, sostuvo que visitó Egipto, antes de transcurridos diez años de la muerte del maestro. El hecho de que sea precisamente Egipto resulta sospechoso, dado que por aquella época se tenía la costumbre de atribuir a Egipto la transmisión del conocimiento secreto, como ya habían ejercitado los pitagóricos, pero una vez más pudo ser debido a la costumbre de relacionar el conocimiento con una sabiduría antigua o lejana.
Al regreso de su primer viaje a Siracusa, Platón fundó la Academia en Atenas al tomar contacto con el ciudadano Academus, quien permitió a Platón utilizar los jardines de su casa para fundar su escuela de filosofía, a la que Platón dio por llamar Academia en honor de su protector.
Legalmente la Academia era una asociación religiosa, pero en realidad se trataba de una institución en la que profesores, maestros y alumnos trataban, en conjunto, el estudio de la filosofía y de las ciencias; al frente de la cual Platón estuvo no menos de veinte años dedicado a la enseñanza de sus alumnos así como a la producción del corpus de publicaciones que legó a la humanidad.
Sobre el 367 a. de c., cuando Platón contaba con la edad de 60 años, nuevamente fue llamado por Dionisio el Viejo a Siracusa. Dionisio se había quedado asombrado por la fama adquirida por la Academia de Platón que en poco tiempo pasó a ser el templo espiritual de distinguidos profesores. Famosos fueron sus logros en filosofía y en matemática. También se produjeron algunas obras en el campo de las ciencias, como la biología y la medicina.
Su obra
Los especialistas no se ponen de acuerdo en relación al momento en que Platón escribió y publicó. Sin embargo, es probable que lo hiciera después de la muerte de su maestro Sócrates.
Algunos críticos consideran que Platón se sintió con la obligación de defender la memoria de su maestro contra sus detractores y puede que este fuera el factor principal que influyera en su decisión de escribir y publicar para realzar su figura, dándole a conocer rápidamente como un filósofo por derecho propio.
De ser así, la publicación de los diálogos socráticos sería algo más que la publicación de unos simples recuerdos, aunque, más allá de Sócrates, los diálogos son auténticas obras de serias discusiones filosóficas pese a que las presentara en forma literaria viva y entretenida.
El domingo, los lectores de ABC Color podrán disfrutar, justamente, de una de las obras cumbres de Platón: "El banquete".
El volumen que aparecerá en el marco de la Colección Líderes del Pensamiento Universal, publicada por la editorial El Lector, incluye otro texto platónico, "Critón", un diálogo con Sócrates poco antes de que este consumiera la cicuta.
Platón nació en Atenas en el 427 y murió hacia el 347 a. C. Su nombre verdadero era Arístocles, pero tenía el apodo de Platón (el de las espaldas anchas). Algunos biógrafos consideran que su madre, al ser integrante de una familia acomodada, habría sido una discípula pitagórica.
Platón tuvo serias intenciones de dedicarse a la política. Sin embargo, la muerte de Sócrates después de un proceso injusto lo llevó a inmiscuirse de lleno en los asuntos filosóficos.
En ese sentido, el hecho de haberse encontrado con Sócrates significará con apenas veinte años de edad un acontecimiento muy importante que definirá su vocación filosófica. No obstante, la actividad política seguía llamando su atención, aunque sus apreciaciones eran un tanto críticas, en uno de sus textos se puede leer: "... no hay nada sano por así decirlo en la actividad política, y que no cuentan con ningún aliado con el cual puedan acudir en socorro de las causas justas y conservar la vida, sino que, como un hombre que ha caído entre fieras, no están dispuestos a unírseles en el daño ni son capaces de hacer frente a su furia salvaje y que, antes de prestar algún servicio al Estado o a los amigos, han de perecer sin resultar de provecho para sí mismos o para los demás".
Supuesto viaje a Egipto
Una vez muerto su maestro, Platón se retiró de Atenas hacia Megara. Además, algunos llegaron a sostener que viajó por Oriente. Plutarco, en sus Vidas paralelas, sostuvo que visitó Egipto, antes de transcurridos diez años de la muerte del maestro. El hecho de que sea precisamente Egipto resulta sospechoso, dado que por aquella época se tenía la costumbre de atribuir a Egipto la transmisión del conocimiento secreto, como ya habían ejercitado los pitagóricos, pero una vez más pudo ser debido a la costumbre de relacionar el conocimiento con una sabiduría antigua o lejana.
Al regreso de su primer viaje a Siracusa, Platón fundó la Academia en Atenas al tomar contacto con el ciudadano Academus, quien permitió a Platón utilizar los jardines de su casa para fundar su escuela de filosofía, a la que Platón dio por llamar Academia en honor de su protector.
Legalmente la Academia era una asociación religiosa, pero en realidad se trataba de una institución en la que profesores, maestros y alumnos trataban, en conjunto, el estudio de la filosofía y de las ciencias; al frente de la cual Platón estuvo no menos de veinte años dedicado a la enseñanza de sus alumnos así como a la producción del corpus de publicaciones que legó a la humanidad.
Sobre el 367 a. de c., cuando Platón contaba con la edad de 60 años, nuevamente fue llamado por Dionisio el Viejo a Siracusa. Dionisio se había quedado asombrado por la fama adquirida por la Academia de Platón que en poco tiempo pasó a ser el templo espiritual de distinguidos profesores. Famosos fueron sus logros en filosofía y en matemática. También se produjeron algunas obras en el campo de las ciencias, como la biología y la medicina.
Su obra
Los especialistas no se ponen de acuerdo en relación al momento en que Platón escribió y publicó. Sin embargo, es probable que lo hiciera después de la muerte de su maestro Sócrates.
Algunos críticos consideran que Platón se sintió con la obligación de defender la memoria de su maestro contra sus detractores y puede que este fuera el factor principal que influyera en su decisión de escribir y publicar para realzar su figura, dándole a conocer rápidamente como un filósofo por derecho propio.
De ser así, la publicación de los diálogos socráticos sería algo más que la publicación de unos simples recuerdos, aunque, más allá de Sócrates, los diálogos son auténticas obras de serias discusiones filosóficas pese a que las presentara en forma literaria viva y entretenida.