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El pianista francés tendrá a su cargo el Concierto en La Menor Op. 16 para piano y orquesta, del compositor noruego Edvard Grieg. Blanchard manifestó que la obra que interpretará “es muy romántica” y que “suena a esa región nórdica”.
Para Blanchard, Grieg “es un gran compositor europeo, tiene otras obras pero esta es una de las más destacadas”. Justamente este concierto ya fue interpretado por Blanchard aquí, hace doce años, según recordó.
Además de haberla tocado en otros países a lo largo de su carrera, “siempre es diferente”. Cada vez que interpreta esta obra siente que “es la búsqueda de la tranquilidad, de la paz, lo cual es la gran búsqueda de toda la vida”. La dificultad real es “poder transmitir todo eso en el momento”. Aseguró que también es “como una terapia, donde lo más importante es encontrar el equilibrio”.
“De todas maneras cada obra es difícil”, reflexionó el pianista. “Cuando hay que interpretar un concierto lo más importante es poder dar los sentimientos y la emoción, y eso es siempre difícil para que no se vuelva solamente notas y técnicas”, aseguró. A eso se refiere el artista con “el control de las cosas, para que no sea mecánico”.
Para el músico lo importante es buscar la espiritualidad de una obra. Grieg “no es solamente un compositor con efectos, pues su música es profunda, nostálgica, melancólica, triste. Lo importante es que está impregnada de espiritualidad”, indicó.
Blanchard y la OSCA llevan una relación de larga data, y él también siente un especial cariño por Paraguay, país donde vivió cuatro años. Con la orquesta “llegamos a un punto de equilibrio, muy sutil y difícil siempre”, contó. Esta relación es importante para el pianista, “es como un casamiento y eso es muy valioso, porque no pasa siempre y no se puede describir, es algo especial”. Actualmente Blanchard se desempeña como maestro del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, de Argentina.
El artista invita a la gente a que vaya hoy dispuesta a escuchar completamente. Es importante que el público “esté muy abierto, que vaya a escuchar muy abiertamente y se deje llevar por esa escucha. La música no es solamente para escuchar, es sentir y que ella te lleve. Hay que abrirse a un camino espiritual, esa es la meta”, concluyó.
El programa de esta noche se completa con las obras “Capricho español”, de Rismky Korsakov, y música de ballet de la ópera “Fausto”, de Charles Gounod. Las entradas cuestan G. 25.000 (Platea y Tertulia) y G. 10.000 (Paraíso) y se venden en boletería.