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ALEMANIA (Marlene Aponte, enviada especial).- Junto a Osvaldo Ortiz Faiman, Sebastián es socio de la productora Puatarará Films. “Siempre tuve una inclinación hacia el cine, como cinéfilo más que nada y siempre coqueteé con la idea de involucrarme algún día más, pero sobre todo en la escritura. Me imaginaba escribiendo guiones, no tanto como productor“, confiesa.
Fue en 2015 que Marcelo Martinessi toma contacto con él, para invitarlo a producir “Las herederas”. “Sabía que el estaba trabajando su primer largo. Leí el guión y me interesó muchísimo”, recuerda. En ese entonces, Sebastián estaba involucrado en la investigación de un libro que decidió poner en pausa. “Conecté mucho con el guión. Me sentí identificado también porque las imágenes, las voces, los sonidos, las situaciones, las personas que aborda Marce en su guión también las tengo en mi vida. Me sentí muy identificado por eso y segundo, lo que me interesó fue que plantea acercarse hacia el retrato de una franja social, sociocultural en Paraguay que realmente en el cine todavía no había sido abordada antes. Entonces, eso me pareció como un desafío muy interesante”, relata. Lo que también atrajo a Sebastián es que Marcelo le dio la oportunidad de involucrarse en la escritura del guión. “Trabajamos el guión en Torino, con una asesora. Fue un trabajo fabuloso”, destaca.
Una vez que comenzaron a trabajar juntos, Marcelo y Sebastián establecieron primero una filosofía de trabajo, para marcar los mecanismos de abordaje ética y estéticamente el proyecto. Con esta filosofía eligieron a su equipo, a los coproductores y al agente de venta. “Fue una experiencia muy diferente, porque éramos los productores principales. Todas las decisiones pasaban por nosotros, por mi. Diseñamos el esquema de producción y tomamos las decisiones de equipo, de todo. Fue un enorme desafío, porque somos cinco países. Aparte de todo lo que es la producción en sí, la preproducción, el rodaje, fue el manejo de las relaciones con cada uno de los coproductores y también la selección”, manifiesta.
Sebastián confiesa que les preocupaba como sería recibida “Las herederas”, en Berlín. “Una cosa es que hayamos entrado a competición, que de por sí está buenísimo, pero estábamos expectantes de cómo se iba a recibir”, dice. La recepción fue increíble. “Creo que la cantidad de reseñas es una estadística, pero también una estadística interesante, constatamos la diversidad de países y el tipo de preguntas, porque en los tipos de preguntas nos dimos cuenta de que eran personas que realmente conectaban con la película y que entendieron o cazaron subtextos de la película, pequeñas sutilezas y eso te da la pauta de que es una película que llegó. Eso fue lo que más nos gusto”, detalla.
Sebastián resalta el hecho de que esta historia haya logrado calar en las emociones en personas de distintas nacionalidades, como se comprueba en las 80 reseñas juntadas hasta el momento y que provienen de distintos países. “A través de la historia de dos personas y un grupo alrededor de ella se hacen referencias a muchas otras cosas que tienen que ver con la sociedad paraguaya, la historia, con la condición de la mujer. Esas pequeñas capas hablan mucho y creo que eso también cayó bien”, comenta.
“Las herederas” inicia su gala mundial en la Berlinale. De aquí en adelante le esperan muchos festivales alrededor del mundo. Aunque todavía es prematuro hablar de una próxima película, Sebastián manifiesta que estaría bueno pensar en la posibilidad de seguir trabajando con el equipo que formaron, entre los coproductores (Brasil, Uruguay, Alemania, Francia y Noruega) y el agente de venta (Luxbox). “Porque esta funcionando muy bien”, explica.
Al ver la obra terminada, Sebastián indica que “Las herederas” aporta a la producción audiovisual que se realiza en nuestro país una forma de contar algo sobre nosotros. “Una forma en el sentido estético, ético, de contar algo sobre nosotros y cuando hablo de nosotros hablo de eso que llamamos Paraguay y que significa muchas cosas. No vemos la idea de Paraguay como una cuestión monolítica, única y definitiva, sino a una construcción cultural, histórica, geográfica que es sumamente compleja y a ese espacio la película contribuye una forma de contar algo sobre nosotros”, concluye.