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La rapidez con que se estrenan las películas hoy en día, por lo menos las más taquilleras, hace que las producciones navideñas las veamos en los últimos días de diciembre, no en cualquier época del año. Creo que debe ser muy difícil para un niño de hoy creer que una película como “Mi pobre angelito” se haya estrenado aquí en Paraguay en una Semana Santa y no en Navidad como corresponde.
Gracias a la ventaja actual tenemos en pantalla más de una película navideña. En esta semana se ha sumado “Guerra de papás 2”, una típica comedia navideña. Si hace unos días hablábamos de unas madres que quieren desprenderse de las tensiones habituales en la Navidad, el tema de hoy son unos padres que quieren causar la mejor impresión posible en sus hijos... compartidos.
Y sí. En la primera película teníamos a Will Ferrer como Brad, alguien que hacía todo lo posible para ser un padre impecable para sus hijastros. Todo marchaba bien hasta que llegaba el padre biológico de los niños, el fachero Dusty (Whalberg).
En esta segunda película, ya las paces están hechas y deciden pasar todos juntos la Navidad. Todo iba bien hasta que llegan sus respectivos padres. El duro Kurt (Mel Gibson), el motivo por el cual Dusty se volvió un tipo difícil, y el exageradamente cariñoso padre de Brad (John Lithgow). Desde el momento que van a recibirlos al aeropuerto, comenzarán las confusiones que tienen como motivo sus personalidades diferentes.
Un filme para verlo en familia, dirigido por Sean Anders, quien dirigió la primera película, entre otras comedias más. Anders ha sabido quitar partido de las características estereotipadas de los personajes y combina las situaciones disparatadas con los mensajes positivos propios de una producción navideña, sin ser melodramático.