La consistencia del sonido de The Wailers justificó el festival que vivimos el sábado a la noche en el Rakiura. Luego de la interpretación de "Jamming", con tanta elasticidad rítmica, con un sonido tan puro y real, ya era como para volver a casa. Pero aún había más de una hora de show por delante, que incluiría grandes temas reggae como "One Love", "Three Little Birds", "Redemption Song", "Is This Love", "No Woman no Cry" y "Get Up Stand Up", con el que culminaron su show hacia las 1:30. del domingo.
La buena vibra de la guitarra de Audley Chisholm y el ritmo del baterista Anthony Watson sobresalían en un grupo profesional. Desde el fondo Aston "Family Man" Barret, sosteniendo todo con el bajo, dejaba que sus chicos corran libremente.
"Los seguidores del ritmo jamaiquino disfrutaron de un show de seis horas."
El festival se inició puntualmente a las 19:30 con el nuevo grupo Cultura Nativa que pusieron toda la onda para arrancar el espectáculo con canciones que promulgaban la legalización de la marihuana.
Los músicos paraguayos tuvieron una muy buena recepción de parte del público. Pipa para Tabaco demostró por qué es uno de los mejores grupos actuales de la escena rockera paraguaya. Sus temas "La manzana" y "Todo Biento" fueron muy coreados por la concurrencia.
La revelación fue el grupo boliviano Matamba que sorprendió con sus temas contundentes, que mezclaba rock y reggae. "Entre Paraguay y Bolivia ya no existen fronteras. Eso del fan, le dejamos a Daddy Yankee. Nosotros somos todos hermanos", dijo el cantante, que en algunos momentos incorporó el berimbau al sonido de la banda. Sería bueno que esta banda sea más difundida en nuestro medio.
También actuó el argentino Fidel Nadal, con sus canciones de amor, muy huecas y obvias, tanto en letra como en música. No logró entusiasmar al público más que con "International Love" y "Luz y compañía", pegajosos como chicle.