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Con “El mundo me comió a mí”, la banda inició su presentación a las 22:30, luego de un vídeo que escenificaba la vorágine en la que estamos inmersos diariamente. En clave de rock, la banda habla acerca de un hombre perdido en la drogadicción, en esta canción que marca también el inicio de su último disco “Suenan las alarmas”.
De este nuevo lanzamiento, también aparecieron más adelante en el repertorio “Pegame más fuerte”, “Para cuando me muera”, “Autodestructivo” y “Los Villanos”, esta última con un cierto aire de corrido mexicano.
La agrupación también ofreció un repaso por las canciones de sus más de dos décadas de trayectoria musical, en una noche en la que mantuvieron una fluida comunicación con el público. Y es que con los primeros acordes de “Al vacío”, la gente comenzó a corear intensamente cada verso, a la que siguió el hit “A las nueve”.
La vida de un hombre que pasó por este mundo “Sin pena ni gloria” también se hizo presente en el repertorio, así como la melancólica “Verte reír”.
Si bien Brancciari se erige como la principal figura de la banda, a lo largo del show casi todos tienen su momento de protagonismo. El guitarrista Pablo Coniberti se lució con un solo en “Arde”, mientras que el baterista Diego Bartaburu y el percusionista Gonzalo Castex entregaron un potente momento de pura percusión al final de la fuertemente coreada “Clara”. En tanto, el saxofonista Mauricio Ortiz tuvo su brillante participación solista en “No hay dolor”.
La banda sonó compacta y muy bien arropada con los sonidos entregados además por el bajista Guzmán Silvera, el trompetista Martín Gil, el trombonista Denis Ramos y el tecladista Francisco Nasser.
Con toques de ska llegó “Con el viento”, mientras Brancciari señalaba que la fuerte picadura de un mosquito lo hizo confundir la letra. En todo momento, el cantante destacó lo especial que es para la banda actuar en Paraguay y aseguró que de acá se van “llenos de amor”.
Y a juzgar por el entusiasmo del público, principalmente en el último tramo del show, sus palabras no son simple demagogia. Es que con toda potencia, la gente coreó “Ese maldito momento”, “Prendido fuego” y “Chau”, que tuvo como invitado a Roberto “Chirola” Ruiz Díaz. Tampoco faltaron en el repertorio “Nada para ver”, “Cero a la izquierda”, mientras que “Pensar” y “No era cierto”, llegaron a modo de bis para cerrar un show en el que la banda transitó por varios estilos musicales como el reggae y el candombe, pero siempre con una base rockera.
La apertura del concierto estuvo a cargo de La de Roberto, que presentó en vivo su nueva canción “El final”, además de ofrecer una versión de “Pegaría” de La Nuestra y rescatar “El hombre irreverente”, de Aviadores del Chako.
También estuvo en el escenario Nestorló y Los Caminantes, presentando las canciones de inspiración folclórica que forman parte de su disco debut “Salten, canten, griten, bailen”. malonso@abc.com.py