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La banda ofreció un show de casi dos horas, con un recorrido por sus principales éxitos, que puso a cantar y bailar al público presente.
Los acordes de “Futuro” marcaron el ingreso de los integrantes del grupo al escenario, ataviados con trajes con algunos detalles fluo y Rubén Albarrán portando una máscara en el rostro. “Muchachos, muchachas. Rohayhu Paraguay”, saludó luego el cantante, afirmando que la última vez que vinieron, hace una década atrás, varios de los que estaban en el público eran “bien chiquitos”. “Nos tardamos, pero llegamos”, acotó el cantante.
Así dio paso a “Como te extraño mi amor”, uno de los grandes éxitos del grupo que puso a saltar y cantar al público. En el primer tramo del concierto, la banda dejó ver su veta más rockera, en la que también se mezclan sonidos electrónicos, con temas como “Me gusta tu manera” y “Volver a comenzar”. En estas canciones, Emmanuel del Real y Quique Rangel intercambiaron el teclado por la guitarra acústica y el bajo eléctrico por el contrabajo, respectivamente.
Uno de los momentos mágicos de la noche se vivió cuando Albarrán introdujo “Olita del Altamar” como una canción para el agüita. “Nunca vamos a beber oro, nunca vamos a beber petróleo. Debemos protegerla y cuidarla”, sostuvo. A lo largo de la canción, comenzaron a caer las gotas de lluvia, que lentamente se fueron disipando a medida que avanzaba el concierto. “Un par de lugares” llegó luego en el repertorio, seguida por “Puntos cardinales”.
Albarrán recordó luego a los amigos que hicieron en sus anteriores visitas a Paraguay, en especial el show de Circo Bizarro, donde compartieron escenario con Shaman y Deliverans. Luego comparó al público con un jardín, para dar paso a la encendida “Las flores”, que siguió haciendo bailar a los presentes y a la que se sumó otro de los grandes éxitos, “Chilanga banda”.
De a poco, Café Tacvba se fue adentrando en el sonido más latino y el cuarteto, que estuvo acompañado en escena por un guitarrista y un baterista, mostró sus habilidades para el baile, con una ensayada coreografía.
El repertorio siguió con “El fin de la infancia”, para luego dar paso a “Dejate caer”, una canción que Albarrán dedicó a aquellos que emprendieron su caminito hacia las estrellas. El tramo final se acercaba, por lo que el vocalista “pidió la autorización” para seguir tocando al grito de un supuesto canto prehispánico y dar paso a la encendida “La chica banda”.
Para el bis, Emmanuel del Real tomó el frente del escenario y puso su voz a la emotiva “Eres”, mientras una mansa lluvia volvía a caer sobre el público. Albarrán retornó al escenario para cantar “Quiero ver”, mientras lucía la remera “anticana” con una caperucita en llamas, que le regalaron en horas de la mañana cuando visitó el Centro Cultural alternativo La Chispa.
Posteriormente, recordó a los 43 estudiantes desaparecidos en México, se manifestó en contra del machismo, destacó a los pueblos originarios y se pronunció a favor del movimiento LGTBQI. También expresó su solidaridad con los animales y con los migrantes. “Ningún muro pendejo va a parar el movimiento”, afirmó.
Así invitó al público a “hacer el amor parados” al ritmo de “El baile y el salón”, para luego cerrar la noche al compás de “El puñal y el corazón”.
El evento también contó con las actuaciones de los grupos nacionales La Nuestra, Villagrán Bolaños y Héctor & The Monkey Brothers, que animaron al público durante gran parte de la noche y madrugada. malonso@abc.com.py