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Luego de venir el pasado setiembre de 2012, en la misma fecha que ahora, y sin poder presentarse debido a una tormenta, esta vez Scorpions desafiará todo para tocar mañana ante sus fanáticos en el Jockey Club.
Arribaron ayer y ya por la tarde se reunieron con miembros de la prensa. “Es genial estar de vuelta. Aquella vez se dieron circunstancias desafortunadas y fue imposible hacer el show. Odiamos irnos y dejar a los fanáticos atrás, pero nos prometimos que si volvíamos a Sudamérica, no podíamos no venir a Paraguay”, dijo el líder, vocalista y guitarrista Klaus Meine.
Ante la pregunta de si en esta ocasión qué pasaría si llueve, ya que se pronostica nuevamente lluvia para mañana, el guitarrista Matthías Jabs explicó que dieron muchos shows bajo la lluvia, pero que aquella vez aquí en 2012 iba a ser muy peligroso subir a escena. “En comparación a conciertos bajo lluvia que dimos, lo que pasó aquí era muy grande, hubo fuertes vientos, no funcionaría la electricidad y el daño podía ser muy grande”. Sin embargo, para esta ocasión manifestó que vinieron “a prueba de agua”. Si llueve, aseguró: “Vamos a tocar, no nos importa”.
A su turno, el también guitarrista Rudolf Schenker, afirmó que “volver a Paraguay, para nosotros, es como cumplir una promesa, por eso vinimos. Será un concierto genial, y si llueve, no será un gran problema”.
Así también presentaron al baterista Mikkey Dee (exbaterista de Motörhead), quien reemplaza a James Kottak, que se encuentra con problemas de salud. A su vez, Dee expresó estar gustoso de unirse a los Scorpions en esta parte de la gira, y mencionó entre risas que son “unos bebés viejos de 50 años”, en alusión a la gira de celebración de Scorpions, por sus cinco décadas de trayectoria.
“Esperamos encontrarnos ya con los fanáticos para rockear como el huracán”, dijo Jabs, en alusión a su tema “Rock You Like A Hurricane”.