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En el filme de Universal, el exvillano Gru –ya convertido en un cariñoso padre adoptivo– es reclutado por la Liga Antivillanos para que colabore con su experiencia en la cacería de un poderoso supercriminal, que quiere crear un ejército de monstruos con una poción química robada.
Pero en la cinta de Pierre Coffin y Chris Renaud, los muñequitos amarillos con forma de maní y en ocasiones un solo ojo inevitablemente acaparan la atención. De hecho, los pequeños y surreales homínidos se volvieron tan populares tras la primera entrega que tendrán su propia película el año próximo.
Su alborotada jerigonza multilingüística es obra de los dos directores franceses, que tras fracasar en encontrar el tipo de actuación que tenían en mente se prestaron ellos mismos al doblaje (lo cual explica algunos “Oh là là”).
“Yo solía hacer comerciales y series de televisión y puse mi voz temporalmente, solo para mostrar el ritmo (...) Y mostrar a quienquiera que fuera a hacer la voz, cuál camino debía recorrer”, explicó Coffin en la presentación del filme a la prensa.
“Así que hice la voz en un par de minutos y, cuando le pedí a Chris (Meledandri, jefe de la coproductora Illumination Entertainment) que la escuchara, me dijo: ‘Bueno, tú haces la voz de los minions’”, dijo.
“Así que los hice hablar una mezcla de indio, francés, inglés, español e italiano. Mezclé todas estas palabras que, juntas, sonaban ridículas, pero porque me parecían divertidas, no necesariamente porque significaran algo”.
La primera película, en la cual el entonces cruel Gru se roba la Luna antes de quedar cautivado por un trío de huerfanitas, ganó más de 540 millones de dólares y se convirtió en la décima película animada más taquillera de la historia estadounidense. La secuela, ya lleva recaudados 41,5 millones de dólares y promete seguirle los pasos.