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La fuerte lluvia de la madrugada de ayer causó perjuicios en las carrozas que esperaban turno para desfilar.
La segunda ronda de los corsos encarnacenos se desarrolló el sábado último, desde las 21:30, en el sambódromo de esta ciudad con mucho brillo y lleno total. Pero la lluvia que empezó aproximadamente a la 01:30 de ayer, empañó la madrugada con considerables pérdidas económicas para los clubes.
Justo cuando el club Nacional empezaba su presentación, la copiosa lluvia inutilizó plumas, equipos de sonido y carrozas que aún se encontraban esperando en los alrededores del sambódromo. De acuerdo con las declaraciones de la encargada de prensa del carnaval, Marian Aranda, “las pérdidas son cuantiosas”.
La apertura en su segunda ronda estuvo a cargo de la comparsa del club Pettirossi, campeón 2016 de los carnavales encarnacenos, que desplegó toda su magia a lo largo del corsódromo de esta ciudad por los casi 500 metros de pista. Presentó la alegoría “Aloha Hawái” con la cual festeja su centenario. Le siguió la carroza del Centro de Cazadores de Itapúa, último campeón en esta categoría y este año ofrece la carroza “Héroes del Paraguay”.
Otra comparsa que se presentó fue la del club 22 de Setiembre con “22 en el Caribe, crucero del mundo”. Le siguió la carroza del club Alemán “Berlín circus, circo alemán”, seguida por “A lo Cubano”, comparsa del San Juan; y la carroza del Sacachispas con “Cosmogonía Guaraní”. No pudieron salir en pista la carroza del club Radioparque ni la comparsa del Universal, con “Robin Wood, un mundo fantástico” y “La maravilla está en ti”, respectivamente.
La reina del club 22 de Setiembre fue una de las más llamativas en la noche carnavalesca. La joven Michelle Acuña, quien lució un gran atuendo, se robó todas las miradas y se convirtió en la figura de mayor destaque, montada en un portentoso tótem desde donde saludaba al público que animaba las danzas con palmas y lanzanieves. Desde la organización destacaron que la fiesta arrancó con óptimo nivel de ventas de entradas.