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Varios de ellos fundaron el Partido Colorado, al lado nada menos que de un soldado del Mariscal López, como fue el general Bernardino Caballero.
Todo el proceso histórico vivido por ese colectivo repudiado podrá ser analizado a partir del libro “Los legionarios”, de Beatriz González de Bosio, que aparece hoy con el ejemplar de nuestro diario, como quinto título de la colección “A 150 años de la Guerra Grande”, de ABC Color y El Lector.
Terminada la guerra (y los saqueos en Asunción), ni Argentina ni Brasil acordaron establecer un gobierno de ocupación que se encargara de administrar el país vencido. Entonces, los brasileños decidieron crear un gobierno provisorio, con las figuras por ellos conocidas, y así se llegó al Triunvirato, integrado por Cirilo Antonio Rivarola, Carlos Loizaga y José Díaz de Bedoya, que asumió el 15 de agosto de 1869, tres días después de la criminal acción del Conde D’Eu en Piribebuy y un día antes de la batalla de Acosta Ñu.
Rivarola no fue propiamente miembro de la Legión. Y Díaz de Bedoya pronto partió a Buenos Aires con una misión: recaudar fondos, pero terminó vendiendo artículos incluso eclesiásticos, y no retornó a la capital sino partió para Europa sin rendir cuentas.
Del Triunvirato original quedó como figura política Cirilo Antonio Rivarola. A Carlos Loizaga le tocó en suerte ser el firmante del Tratado de Paz con el Brasil el 9 de enero de 1872.
Con la fundación de los partidos tradicionales del Paraguay, el Liberal y el Colorado, en 1887, se forjó un sentimiento maniqueo. Cada partido descalificaba al otro. Desde Juan E. O’Leary, el apelativo “legionario” se dirigía a los liberales, supuestamente argentinistas. Esa descalificación moral fue acentuada por J. Natalicio González y posteriormente amplificada por Alfredo Stroessner. Para todos ellos, el Partido Colorado personificaba al nacionalismo continuador de la política de Francisco Solano López.
Sin embargo, en el acta de fundación del Partido Colorado aparecen varios legionarios, tales como José Segundo Decoud (vicepresidente primero), Juan Bautista Egusquiza, Fernando Iturburu, Pío Otoniel Peña, Jaime Sosa, entre otros. En el acta del Partido Liberal no figura ningún legionario.
Al analizar los hechos se nota la grandeza de espíritu de Bernardino Caballero. Él fue el estadista que apuntó a la reconstrucción del país. Para esa tarea reunió a los mejores hombres de que disponía el país. Entre ellos se hallaba José Segundo Decoud, legionario y antilopizta, que elaboró el ideario del Partido Colorado.