Las tuercas se aprietan

En la segunda entrega de “Los juegos del hambre”, la rebelión ya se armó en Panem. La acción de Katniss Everdeen (una genial Jennifer Lawrence) en la película anterior ha dado la esperanza necesaria para que se encienda la llama. El cruel presidente Snow (Donald Sutherland) no se queda atrás y ha apretado las tuercas de la represión, y está decidido en vengarse de la joven heroína.

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En esta segunda película, basada en la novela del mismo nombre de Suzanne Collins, podemos ver mejor lo que es Panem, la nación en la que se convirtió América del Norte y que es gobernada por el déspota presidente Snow. Katniss y Peeta Melark (Josh Hutcherson), como ganadores de la edición anterior de “Los Juegos del Hambre”, recorren los 12 distritos. Más que alienar a la población, la gira se convierte en una forma de transmitir que un futuro mejor es posible.

La capital es una mezcla de la Roma imperial y el Berlín proyectado por Albert Speer. Allí reina la joda, mientras que en los distritos la gente debe matarse laburando para mantener esa burbuja de abundancia, tal como en la “Metrópolis”, de Murnau.

Esta segunda película funciona como una bisagra entre la primera y las dos siguientes. Philip Seymour Hoffman está excelente como el nuevo organizador de los juegos, que es una edición especial, ya que es la 75ª, y deberán participar ganadores de todos los distritos. Por supuesto, Katniss y Peeta volverán al ruedo.

El filme está narrado de una manera correcta y con los momentos de tensión adecuados. Francis Lawrence (“Soy Leyenda”) ha tomado la posta.

sferreira@abc.com.py

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