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Cáceres es gestora cultural que trabaja en la revalorización de la cultura popular de Paraguay promoviendo expresiones de la artesanía tradicional. Artepar inició su labor el 5 de mayo de 1986, fecha asignada en homenaje a la vida del músico Agustín Barboza (quien nació esa fecha en 1913). Fue padrino cultural de la mencionada organización.
A lo largo de su trayectoria, Artepar impulsó diferentes actividades culturales, desde talleres de cerámica, ñandutí, danza paraguaya, vestuario hasta organización de festivales.
El libro muestra las técnicas de trabajo y describe la vida de los artesanos destacados de nuestro país. También hace una recopilación de la participación de Artepar en festivales internacionales de folclore. Tiene un costo de G. 100.000 y podrá ser adquirido durante el evento.
La presentación del libro estará a cargo de Margarita Miró y del Arq. Alfredo Vaesken. La conducción del evento lo hará el periodista Benito Fleitas. Habrá un momento artístico con el niño prodigio, el requintista Alexis Villalba Vergara, y el showman del arpa Rolando Cristaldo.
El libro cuenta con el apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondec), Instituto Paraguayo de Artesanía y de la Municipalidad de Asunción, a través de la Dirección General de Cultura y Turismo.
Kurusu Jegua
La Manzana de la Rivera, con el objetivo de difundir y preservar la tradición, propone hoy la realización del Kurusu Jegua (cruz adornada), en Celebración del Día de la Santa Cruz. Será a partir de las 11:00. Estudiantes de colegios capitalinos serán los invitados especiales, pero es abierto a todas las personas interesadas, con entrada libre y gratuita.
El programa arranca con una charla sobre los orígenes de esta tradición, seguidamente la oración de la cruz y el evento culminará con chipa jepo’o.
“Kurusu Jegua” es la “cruz adornada” que se utiliza en la festividad dedicada a la cruz, que se celebra el 3 de mayo. Es un culto a los muertos que corresponde a la religiosidad popular católica. Las familias y vecinos se reúnen ante un calvario de laureles o tacuaras con abundante cruces de chipa y rosarios de granos como el maní, que son arrancados por los feligreses. Esta tradición se mantiene viva de generación en generación en familias que comparten esta costumbre.