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Incluye, por ejemplo, el "Manuscrito encontrado junto a un semáforo", un divertimento sobre el transporte público de Asunción.El número 12 de la Biblioteca de Obras Selectas de Autores Paraguayos de ABC Color y Servilibro incluye cuentos como "Epístola para ser dejada en la tierra", "Otra vez Adán", "El caminante solitario", "La canción del hidrógeno", "Reflexiones de un Robot", "El fin de los sueños", "Manuscrito encontrado junto a un semáforo después de un grave accidente (Para ser leído por pasajeros nerviosos)", "Marcelina", "El capitán de las sombras" y "El Mesías postergado".
Uno de los cuentos del libro que habrá de atrapar a los lectores es "Reflexiones de un Robot", al cual el propio González Real califica como una distopía, es decir, una utopía negativa.
El relato apunta la molesta probabilidad de que los autómatas aniquilen a los hombres por error de activación de estos. A su vez, otra de las narraciones incluidas en este volumen, titulada "El fin de los sueños", está traspasada por la confianza de que los fabuladores despiertos, es decir los poetas, sabrán impedir que se entierren los ensueños, de acuerdo con el análisis de Carlos Villagra Marsal, autor del prólogo.
Otro relato incluido en el libro, "El caminante solitario", por su parte, es una melancólica profecía referida a la prohibición del sencillo deleite de andar. "La canción del hidrógeno" participa del mismo fundamento que uno de los capítulos de "De la tierra a la luna", pero la anécdota de González Real es más intensa y aleccionadora que la de Julio Verne, según Villagra Marsal.
El mismo refiere además a dos relatos de línea muy diferente entre sí que conforman este libro de cuentos. En primer lugar, "Manuscrito encontrado junto a un semáforo..." es una suerte de divertimento kafkiano, o más vale cortazariano, sobre el nunca bien maldecido transporte colectivo de la ciudad comunera de las Indias, y "Marcelina", de arquitectura felizmente influida por Roa Bastos a criterio de Villagra Marsal, conforme lo recuerda el propio escritor en su Epílogo, una excelente conjunción de lo popular y lo "culto".
Por su parte, Osvaldo González Real sostiene que los cuentos de este libro en especial los seis primeros, aunque se inscriben en cierta corriente de la llamada Literatura Fantástica, se refieren, sin embargo, a hechos del presente vistos desde una perspectiva futura. Es decir, "trato de mostrar las consecuencias que se derivarían de las circunstancias actuales, si este mundo alienado en que vivimos no cambiara y se transformase en algo verdaderamente habitable".
Uno de los cuentos del libro que habrá de atrapar a los lectores es "Reflexiones de un Robot", al cual el propio González Real califica como una distopía, es decir, una utopía negativa.
El relato apunta la molesta probabilidad de que los autómatas aniquilen a los hombres por error de activación de estos. A su vez, otra de las narraciones incluidas en este volumen, titulada "El fin de los sueños", está traspasada por la confianza de que los fabuladores despiertos, es decir los poetas, sabrán impedir que se entierren los ensueños, de acuerdo con el análisis de Carlos Villagra Marsal, autor del prólogo.
Otro relato incluido en el libro, "El caminante solitario", por su parte, es una melancólica profecía referida a la prohibición del sencillo deleite de andar. "La canción del hidrógeno" participa del mismo fundamento que uno de los capítulos de "De la tierra a la luna", pero la anécdota de González Real es más intensa y aleccionadora que la de Julio Verne, según Villagra Marsal.
El mismo refiere además a dos relatos de línea muy diferente entre sí que conforman este libro de cuentos. En primer lugar, "Manuscrito encontrado junto a un semáforo..." es una suerte de divertimento kafkiano, o más vale cortazariano, sobre el nunca bien maldecido transporte colectivo de la ciudad comunera de las Indias, y "Marcelina", de arquitectura felizmente influida por Roa Bastos a criterio de Villagra Marsal, conforme lo recuerda el propio escritor en su Epílogo, una excelente conjunción de lo popular y lo "culto".
Por su parte, Osvaldo González Real sostiene que los cuentos de este libro en especial los seis primeros, aunque se inscriben en cierta corriente de la llamada Literatura Fantástica, se refieren, sin embargo, a hechos del presente vistos desde una perspectiva futura. Es decir, "trato de mostrar las consecuencias que se derivarían de las circunstancias actuales, si este mundo alienado en que vivimos no cambiara y se transformase en algo verdaderamente habitable".