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Pertenecían a dos movimientos separados: por una parte, el Movimiento 14 de Mayo (M14) y, por otro lado, al Frente Unido de Liberación Nacional (Fulna). En su gran mayoría, estos rebeldes murieron en una lucha tan desigual que bordeaba lo quijotesco.
El M14 estuvo integrado preferentemente por jóvenes liberales, mientras que los del Fulna eran casi todos comunistas.
El texto comienza en la finalización de la guerra civil de 1947, para ir explicando toda la inestabilidad originada en la puja entre los diversos sectores del gobernante Partido Colorado, que pretendían hacerse con el poder y excluir a los adversarios internos.
Señala Herib Caballero Campos en el prólogo del libro, que en esta obra hay una visión cruda y clara de la intolerancia y la persecución a la población excluida de las discusiones políticas y que estaba sumida en la pobreza y el aislamiento, sobreviviendo en paupérrimas condiciones de vida.
El autor describe no sólo porque fueron derrotados ambos grupos armados, sino también narra las sanguinarias y salvajes acciones de los comandantes militares y de los jefes civiles que reprimieron la incursión armada.
Esos actos de lesa humanidad –expresa Caballero Campos en su prólogo– no fueron el resultado de la voluntad de los jefes militares de la represión, sino que respondían a una táctica por la cual se extendía en la población civil de la región el miedo, pues dichos vejámenes serían el destino para quienes osaran desafiar al poder del régimen stronista.
A su vez, en la introducción del libro, Andrew Nickson apunta que en este trabajo se explica la coyuntura nacional e internacional de aquel momento (finales de los años 50 e inicios de los 60), y se cuenta la experiencia de cada una de las varias incursiones.