La literatura paraguaya creció y se nutrió de la realidad de nuestro país

Cargando...

"Historia Cultural del Paraguay. Segunda parte", escrito por Francisco Pérez Maricevich, Ignacio Roldán, Rodrigo Colmán, Amalia Ruiz Díaz y Carlos Sosa Rabito, es el libro que aparecerá mañana, con el ejemplar de nuestro diario, dedicado a la literatura como reflejo de la realidad paraguaya.   

Amalia Ruiz Díaz y Carlos Sosa Rabito hablan acerca de cómo encararon este segmento del libro dedicado a las letras y por qué es importante conocer la literatura de nuestro país.   

–¿Cuál es el enfoque con el que analizan la literatura paraguaya?   

–Hay que tener en cuenta que el volumen sobre cultura y literatura paraguaya forma parte de una historia general del Paraguay con carácter enciclopédico. Esto quiere decir que nuestra intención primera ha sido tan simple como la de identificar los autores y las obras desde 1920 hasta nuestros días, para a continuación presentarlos en orden cronológico, agrupados por géneros.   

–¿Hay solo una cronología?   

–Hemos intentado insinuar ciertas líneas de interpretación. Por ejemplo, hasta bien avanzada la segunda mitad del siglo XX se pueden apreciar dos maneras distintas y contrapuestas de contemplar la realidad del Paraguay: una, claramente idealizadora; la otra, reveladora de los males y los vicios del momento, a menudo adscrita a un realismo crítico. Otra idea que, de alguna manera, vertebra nuestro estudio es la lucha silenciosa, quizás imaginada por nosotros, por alcanzar la contemporaneidad.   

–Qué significa eso concretamente.   

–Dicho de otra manera: el retraso de la literatura paraguaya en relación con las corrientes imperantes en otros países, al menos hasta bien avanzado el siglo XX, obliga a valorar las obras de acuerdo con su cercanía o lejanía con respecto a lo que se escribe en un momento dado más allá de nuestras fronteras. De ahí que, por ejemplo, se afirme que hay un antes y un después de Casaccia en narrativa; o que se valore la labor formativa de Josefina Plá como introductora de corrientes poéticas. Hay en nuestro estudio un intento de poner en relación la expresión literaria con los acontecimientos históricos, de los cuales es reflejo el ímpetu creativo del escritor: la Guerra del Chaco, la inestabilidad de los años cuarenta, la dictadura de Stroessner, el exilio, la transición…   

–Cuáles fueron las fuentes utilizadas por ustedes.   

–Prestamos atención al intento por fundar y alimentar espacios de cultura, tan frecuentes en nuestro medio: las revistas Juventud o Alcor, los grupos experimentales de teatro de los años 60, 70 y 80, etc. Este interés por la cultura nos ha llevado también a intentar reconocer aportes previos al estudio de la literatura paraguaya, mucho más meritorios que el nuestro: Raúl Amaral, Josefina Plá, Viriato Díaz Pérez, Teresa Méndez-Faith, Roque Vallejos, Francisco Pérez-Maricevich, Rubén Bareiro Saguier, Miguel Angel Fernández, Hugo Rodríguez Alcalá y tantos otros.   

–¿Por qué conocer la literatura paraguaya.   

–Una, porque es nuestra. Otra, porque si investigadores de más allá de nuestras fronteras la estudian, será porque vale la pena hacerlo: citemos a Francisco Tovar, Francisco Feito, José Vicente Peiró, Mar Langa Pizarro, aparte del sinnúmero de estudios realizados a propósito de la obra de Roa Bastos. No olvidemos que en internet existe un portal paraguayo en la Biblioteca Digital Cervantes Virtual, nacido y mantenido gracias al esfuerzo de Peiró.   

–¿Se puede decir que nuestra literatura nos refleja como paraguayos?   

–Las obras de nuestros autores, desde el enfoque característico de cada uno de ellos, nos dicen quiénes somos. Y esto porque si la identidad tiene, como ponen de relieve numerosos estudios, carácter narrativo, es precisamente mediante la acción de narrar como Teresa Lamas y Gabriel Casaccia, por mencionar a solo dos de nuestros escritores, que reflexionan sobre el ser paraguayo.
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...