Cargando...
La colección Clásicos Universales, de ABC Color y El Lector, decidió incluir una versión en prosa de este poema épico en la serie semanal que viene publicando.
El texto relata una parte de la Guerra de Troya y comienza con el enojo de Aquiles, porque Agamenón, rey de los aqueos y jefe de la expedición griega contra Troya, decidió quedarse con su esclava favorita, Briseida. En señal de protesta, Aquiles, con su ejército de mirmidones, decide mantenerse al margen de la batalla junto a las naves griegas atracadas en las playas del Estrecho de los Dardanelos, cercano a Troya.
El inicio de la obra es uno de los más célebres en las letras de todos los tiempos: “Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquileo; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves –se cumplía la voluntad de Zeus– desde que se separaron disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquileo”.
De acuerdo con la tradición, Aquiles, el protagonista principal de “La Ilíada”, fue el mayor de los guerreros griegos en la guerra de Troya. Era hijo de la ninfa del mar, Tetis, y de Peleo, rey de los mirmidones de Tesalia. Cuando era un niño su madre lo sumergió en el Éstige para hacerlo inmortal. Las aguas lo hicieron invulnerable menos en el talón, por donde lo sostenía su madre.
Aquiles libró muchas batallas durante el sitio de diez años a la ciudad de Troya. Cuando el rey miceno Agamenón tomó para sí a la doncella cautiva Briseida, Aquiles retiró a los mirmidones de la batalla y se encerró encolerizado en su tienda.
Los troyanos, envalentonados por su ausencia, atacaron a los griegos y los forzaron a una retirada precipitada. Entonces Patroclo, amigo y compañero de Aquiles, le pidió que le prestara su armadura y le dejara avanzar con los mirmidones a la batalla. Aquiles aceptó. Cuando el príncipe troyano Héctor mató a Patroclo, el desconsolado Aquiles volvió a la batalla, mató a Héctor y arrastró su cuerpo triunfante detrás de su carro.
Uno de los temas de la obra, según diversos analistas, es la enorme influencia que los dioses ejercían sobre los humanos, pero fueron éstos, finalmente, los que hicieron avanzar el mundo pese a esa influencia.
Homero, de quien también se dijo que fue ciego, escribió “La Ilíada” como una obra de gran longitud, densa, de lenguaje que hoy en día puede resultar recargado y complicado, es por ello que en esta edición se apeló a un trabajo muy riguroso de convertir ese lenguaje en uno totalmente accesible al lector de nuestro tiempo, sobre todo los jóvenes.
La edición, sin embargo, no pierde su esencia poética ni la fuerza expresiva de que la dotó Homero, un hombre de quien poco se sabe a tal punto de que muchos han llegado a dudar de su propia existencia.
Homero es, de manera directa, el padre de toda la literatura griega posterior: el teatro, la historiografía e incluso la filosofía, llevan la huella de los temas, cómicos y trágicos, planteados en estas epopeyas.