La historia triunfal de Alberto de Luque, en 260 páginas cantadas

Cantos y recuerdos llenaron la sala de El Cabildo en torno a la figura de Alberto de Luque, en una noche de emociones y encuentro de estrellas.

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El “Archiduque de la canción” lanzó su segundo libro, “Mi canto y sus recuerdos”, repleto de vivencias musicales por los escenarios del mundo y alegrías compartidas con personajes célebres. Esta es su historia triunfal.

Miércoles 9 de noviembre, 20:00 horas. La sala de exposiciones temporarias del Centro Cultural de la República El Cabildo está repleta de gente. Familiares y amigos de todos los tiempos, cercanos a los sentimientos del anfitrión, ocupan sillas al lado de estrellas de la canción como Ñeca González, Betty Figueredo, Pedro Ojeda, Hebert Cáceres y Toti Rodríguez. Y en el escenario está sentado Alberto de Luque en su momento más glorioso. De su voz se oyen las anécdotas, vivencias y recuerdos que se hallan estampadas en las 260 páginas del libro que hoy entrega al público como un legado de vida. “Esto va a ser muy útil a las nuevas generaciones de paraguayos para conocer la historia de sus artistas”, suelta con el tono apropiado para que suene como mensaje de futuro.

Y otra reconocida voz, la de Charles González Palisa, regresa al pasado juvenil de Vitalino Rodríguez Báez (así se llama) para revivir al actor Ernesto Báez y desgranar escenas jocosas que marcaron los inicios del cantante, nacido en Cande’ami (Iturbe), el 12 de marzo de 1938. De recordar afectos y creaciones que unieron a Alberto de Luque con el célebre escritor Augusto Roa Bastos, se encarga Mirta Roa, quien pinta un cuadro de mucha afinidad y aprecio mutuo entre su padre y el artista.

Celebrada y destacada es la presencia de don Aurelio Benítez Ortiz, cónsul del Paraguay en Hamburgo en los años 60. Un diplomático adornado con las virtudes de apoyar a los artistas de su patria, ahora tiene el reconocimiento público.

Al presentar este libro que marca sus incontables actuaciones por los escenarios del mundo: México, Inglaterra, Egipto, Botswana, Italia, Israel, Irán, Sudáfrica, Alemania, Grecia y tantos otros países, donde forjó amistades con celebridades como Plácido Domingo Frank Sinatra, Jorge Negrete, Los Beatles, el sha de Irán, Alberto se despoja de una parte fundamental de su vida: su canto y sus recuerdos. Pero su voz, esa misma que daba representación al Paraguay en los festivales OTI de la canción, o que causaba admiración en los teatros, está afinada como siempre. Y esta noche, los invitados tienen el privilegio de comprobar que aún tiene cuerdas (vocales) para entonar melodías que llegan al alma. Sentado al piano, la genialidad del maestro Óscar Fadlala armoniza notas para que Mirian Beatriz luzca en su canto el tema “Corazón”. A pedido de la concurrencia, interpreta “Alfonsina y el mar”, y confirma su alto nivel vocal.

Félix Cajes entona vibrante “A mi manera” y certifica aquello de que el paraguayo tiene talento para la música. Y, al final, Alberto de Luque toma el micrófono, canta “Gracias a la vida” y genera emociones. Los aplausos de pie elevan el acto a la categoría de inolvidable. yubi@abc.com.py

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