La guitarra flamenca pierde a su gran intérprete innovador

MADRID (EFE). El guitarrista flamenco y universal Paco de Lucía falleció ayer a los 66 años en un hospital de Cancún (México), país en el que solía pasar temporadas en busca de una vida tranquila y alejada de la fama que se ganó a pulso de su renovación del género.

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Según fuentes próximas a su familia, la causa de la muerte fue un infarto masivo. El guitarrista comenzó a sentirse mal cuando estaba en la playa jugando al fútbol con su hijo Diego, de diez años.

La noticia ha sido recibida como un auténtico mazazo por su familia que remitió un comunicado oficial en el que destacan que “no hay consuelo” ni para los que le conocían ni para los que le querían sin conocerlo, y que “el dolor ya tiene fecha” para este clan artístico.

Su ciudad natal, Algeciras (sur de España), decretó tres días de luto para expresar su dolor por la pérdida de su vecino más universal y se ofreció para acoger los actos de despedida, posiblemente en el cementerio viejo, donde están enterrados sus padres.

Paco de Lucía será recordado no solo por el sonido irrepetible que extrajo a la guitarra flamenca y su extraordinario nivel técnico, sino también como renovador del género, desde su temprana alianza con Camarón de la Isla hasta sus incursiones en el jazz.

El músico abrió camino a muchos que vinieron después, tal y como han recordado hoy sus colegas, amigos, artistas y admiradores. “Qué horror, no me lo puedo creer”, han sido las primeras palabras del diestro sevillano Curro Romero, que compartió episodios de su vida con él y con Camarón, incluso antes de que fueran artistas consagrados.

“Fueron unos años únicos, extraordinarios e irrepetibles”, indicó el diestro a Efe, y ha alabado las virtudes del guitarrista, que además de amigo “era una bellísima persona” que sólo estaba “pendiente de crear su arte y de estar con sus cuatro amigos”.

José Fernández Torres, alias Tomatito, que le tomó el relevo a la vera de Camarón, declaró desde su casa de Almería (sur) que se encuentra “muy afectado” por el fallecimiento de su amigo, al que se ha referido como “amo de la guitarra”.

“Yo, personalmente, le debo muchísimo y sentiré su ausencia para los restos”, ha dicho. También José Mercé reconoció su aportación “irrepetible” a la música española y le ha considerado “un revolucionario”.

“Un genio a la altura de Beethoven o Mozart”, para el bailaor “Farruquito” y el artista que más ha contribuido a que el flamenco se reconozca a nivel mundial.

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