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“Es un punto de convergencia de mis trabajos, una incógnita que considero inagotable”, señaló acerca de este tema.
Luego de más de cinco años de trabajo, el próximo 3 de febrero, “La última tierra” finalmente llegará a la gran pantalla. La sala será la Pathé 4 del Festival de Cine de Rotterdam, uno de los festivales más importantes de Europa, y donde competirá por el premio del “Tigre”.
Antes de partir hacia el viejo continente, el cineasta que actualmente reside en São Paulo (Brasil) respondió a las preguntas de ABC Color.
–¿Cómo surgió la idea de hacer este largometraje? ¿Tuvo algo que ver la historia de “Ahendu nde sapukái”, en que también se hace alusión a un velatorio?
–Diferente de “Noche Adentro”, mi cortometraje de 2009, que surge a partir de una historia escuchada, “Ahendu nde sapukái” y “La última tierra” nacen de imágenes y escenas. En el caso de “Ahendu...” fue un atardecer visto y fotografiado por mí en 2007 en las afueras de la ciudad de Sapucái. Ya en “La última tierra”, la imagen desde la cual fui estirando los hilos fue un vídeo que había hecho antes de “Ahendu nde sapukái”. Es un video que retrata el momento de pasaje, de muerte, de una mujer anciana.
Ambos trabajos abordan el tema de la muerte y además tienen una semejanza de ritmo y ánimo. Sin embargo, “La última tierra” podría ser considerada como el reverso de “Ahendu nde sapukái”, ya que el luto que observamos desde lejos en el cortometraje, aparece ahora desde muy cerca, atendiendo a detalles y gestos del personaje y su entorno.
La muerte es un punto de convergencia de mis trabajos, una incógnita que considero inagotable y que moviliza también una reflexión sobre la vida.
–¿Qué fue lo más complejo de hacer esta película, más allá de la dificultad para los reunir fondos?
–Conseguir fondos fue una odisea que esperamos pronto se simplifique con la aprobación de la Ley de Cine, su reglamentación y ojalá la regularización de Paraguay firmando el Acuerdo Iberoamericano, elemental para las coproducciones.
Además de eso, una cuestión compleja fue lidiar con la respiración y el pulso de la actriz, viva, interpretando un personaje muerto. Después de algunas pruebas y tomas entendimos las coreografías necesarias y todo salió como esperábamos. También hubo momentos complejos de manejo de juegos y movimientos de cámaras más elaborados que demandaron bastante concentración y práctica.
–¿Qué expectativas tenés de lo que va a ser el estreno en Rotterdam?
–Sobre todo, estoy curioso por el encuentro de la película con el público. A veces, las películas tienen una cierta vida propia que uno va descubriendo en la mirada de los espectadores.
Creo que el Festival de Rotterdam es un lugar ideal para el estreno mundial de “La última tierra” porque, no solo atrae una gran cantidad de espectadores que asisten al festival, sino que es también una plataforma muy interesante que articula un importante mercado de la industria cinematográfica, el CineMart, con lo que tendremos la oportunidad de que la película tenga una mayor repercusión. Este año en particular, el propio festival ha creado bastante expectativa a partir de la entrada del nuevo director, Bero Beyer. Unas de las estrategias para lograr más visibilidad fue reducir la sección en competencia Tigers, donde estrena “La última tierra”, a sólo 8 títulos. En este contexto, esperamos que la participación en el Festival de Rotterdam potencie la distribución y circulación de la película.
–¿Hay otros festivales que van a exhibir la película?
–Ya existen algunos pedidos de pre-visualización pero aún estamos esperando al estreno en Rotterdam, donde muchos curadores de festivales van a tener la oportunidad de ver la película en la sala de cine, lo cual es bastante más interesante que el visionado en la computadora. A partir de ahí vamos a diseñar el recorrido en festivales y muestras.
–¿Cómo se dio la elección de los actores?
–Desde siempre Ramón del Río fue la primera opción. Llegamos a hacer un casting donde conocí algunos actores muy interesantes pero el perfil que buscaba tenía más que ver con el de Ramón. Así fuimos a su encuentro y arrancamos a ensayar. Sin embargo, cerca del inicio de la preproducción, Ramón sufrió un accidente: fue alcanzado por una piedra en el rostro, dejándolo hinchado y con algunas secuelas que luego desaparecieron. Fueron momentos de preocupación pero hicimos de todo para poder tener a Ramón con nosotros pues el papel era suyo.
A Vera Valdez la había conocido primero a través de una foto del casting del cortometraje de una amiga. Inmediatamente me dije que tenía que ser el personaje femenino de mi película. Me contaron de su trabajo con Coco Chanel y con el teatro Oficina, entonces pensaba que quizás sería difícil que acepte. Luego de un año, me tocó conocerla en un rodaje en el que estaba trabajando como sonidista en São Paulo, y llegado el momento le escribí presentándole el proyecto. Descubrí una persona impresionantemente accesible e interesante.
Ambos actores se entregaron con mucha disponibilidad y aportando con sus vastas experiencias.
Fueron semanas muy especiales y de gran aprendizaje.
–¿Cuánto tiempo les llevó el rodaje?
–Tuvimos tres semanas, más un par de días de lluvia dedicados al ping-pong.
–¿Cuándo podría exhibirse en Paraguay?
–Con seguridad, antes de final de año. Después del Festival de Rotterdam esperamos poder planear tanto el circuito de festivales como los estrenos en salas. Además, nos queda también analizar localmente las fechas y circuitos más convenientes.
–¿En qué otros proyectos estás trabajando actualmente?
–Una vez que estrene “La última tierra”, quiero dedicarme a algunas ideas para un próximo largometraje. Tengo, además, un guión de cortometraje que ya presenté a algunos fondos, y en Brasil estoy trabajando como guionista de una película y como diseñador de sonido de otras dos.
También junto a mi compañera Sara Pinheiro, que es dramaturga, tenemos dos obras de teatro en proceso. Para una de ellas, en colaboración con Espacio E, esperamos el apoyo del Fondec para así poder contar con elenco paraguayo y estrenar en ambos países.
malonso@abc.com.py