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Creador y conductor del ciclo televisivo “Caloi en su tinta”, dedicado a la divulgación de cortometrajes de animación e historietas, el dibujante estaba internado en el Instituto del Diagnóstico de Buenos Aires donde falleció.
“Las personas como Caloi no son esas personas que se mueren, son más eternas. Era maravilloso trabajar con él, era un compinche”, dijo el compositor y bandoneonista Rodolfo Mederos, autor de la música de “Anima Buenos Aires”, un largometraje de animación dirigido por Caloi y estrenado el jueves pasado.
“Anima Buenos Aires”, un filme de animación “colectiva” sobre distintas historias en la capital argentina en el que trabajó con su compañera María Ramírez y sus colegas Carlos Nine, Pablo y Florencia Faivre, entre otros.
Caloi, conocido en varios países latinoamericanos, había sido declarado “Personalidad destacada de la cultura” en 2004 y Ciudadano Ilustre de Buenos Aires cinco años más tarde, mientras que Clemente recibió la distinción de “Patrimonio cultural de la ciudad” otorgado por la Legislatura (parlamento comunal).
Caloi, nacido en 1948 en la ciudad de Salta, capital de la provincia argentina homónima, fue autor de unos 30 libros de historietas, además del ciclo de televisión “Caloi en su tinta”.
Su más conocido personaje había nacido en 1973 como una suerte de pájaro a rayas que no podía volar y era el acompañante de Bartolo, un conductor de tranvía o ‘trangüei’, como diría Clemente en su léxico argentinizado. Ese año, y hasta este martes, la tira de Clemente se publicó en el diario Clarín.