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Luego de treinta años de actuar con los hermanos Digno y Tito Acuña, Oviedo inicia una nueva agrupación.
El nuevo trío ya ha actuado en varios festivales. El 29 de setiembre pasado estuvo en el Cuartel de la Victoria actuando para los veteranos de la Guerra del Chaco.
“La primera voz hago yo y José José hace el dúo, y él es bajista también. Aparicio tiene una larga trayectoria que es conocida por todos. Es uno de los mejores arpistas después de Nicolasito Caballero”, señala Juan Carlos Oviedo en el zaguán de su casa, en barrio San Pablo, rodeado de su esposa Ninfa da Silva y sus nietos Karina y Manuel.
Juan Carlos Oviedo tiene sesenta años de trayectoria. Nació en Itacurubí de la Cordillera, pero se crió en Eusebio Ayala. “Yo tengo 66 años y empecé a cantar a los 6 años, acompañándome con una latita de carne en conserva que golpeaba haciendo ritmo. Yo cantaba para los transeúntes, para los camioneros que se juntaban en Barrero, y me daban unas monedas. Luego, como me gustaba mucho la música, mi hermano mayor, que era carpintero, me compró una guitarrita de la casa Viladesau de Asunción. Recuerdo hasta hoy que pagó 450 guaraníes, que entonces era mucho dinero”, rememora el cantante.
En ese entonces, el asfalto terminaba en Eusebio Ayala y en épocas de lluvia, cuando la ruta se clausuraba, los camioneros se quedaban apostados al costado del camino. Oviedo les entretenía cantando con su latita, y recibía buenas propinas.
“Cuando tenía ya mi guitarra, de paso, alguien me enseñaba algunos acordes y así fui aprendiendo. Nunca tuve profesores de canto, recién ahora hago vocalizaciones porque tengo la voz un poco cansada”, señala el cantante.
“La música de Emiliano R. Fernández canto desde aquellos años. ‘Despierta mi Angelina’, por ejemplo, yo la cantaba a mi madre, que se llamaba Martina Avelina Oviedo. Yo le cambiaba Angelina por Avelina y le cantaba a ella como serenata. Pero me quedé huérfano muy pronto. Allí fue que me fui a vivir con mi hermano mayor, Floricel Apuril Oviedo, en Itacurubí”.
“Siempre canté las canciones épicas, alguna guarania, pero no mucho porque yo soy festivalero. La polca nde mombay, te despierta. Con Ernesto Báez yo aprendí que hay que cantar con ganas para despertar a la gente”.
En 1958, el pequeño Juan Carlos vino a Asunción y se presentó en el Certamen de los Barrios, de Radio Comuneros, integrando el trío Los Pimpollitos. Luego se integró al grupo de Ireneo Ojeda Aquino, Los Zorzales Guaraníes, con el que hizo giras por Brasil, Bolivia, Perú y otros países. A su regreso, ya en 1969, integró un dúo con Ignacio Barreto, con quien estuvo unos 15 años, y luego, en 1984, formó el trío con los hermanos Acuña. “Yo los traje de Caballero, eran muy jóvenes. Estuvimos juntos unos treinta años”.
Con Aparicio González y José José, Juan Carlos Oviedo tiene el proyecto de grabar un disco. “Estoy estudiando con Cristóbal Benegas para recuperar la garganta, que es un gran colocador de voces. Actuar es lo mío, es lo que sé hacer. Cantar es lo que siempre voy a hacer”, señala Oviedo, dueño una voz particular que supo ganarse su espacio en la música tradicional paraguaya.