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Para el cineasta nacido en Malasia, que muchos consideran que ha reinventado el cine de terror tras dirigir cintas como “Saw” o “Insidious”, este largometraje, que se centra en el caso real de la familia Harper, se convirtió en un soplo de aire fresco tras filmar “Rápido y furioso 7”.
El reto de Wan consistió en mantener el foco de interés sobre la pareja de investigadores y evitar así que la posesión satánica y el movimiento espasmódico del mobiliario de la casa de Enfield les robara todo el protagonismo. Por ello, en el largometraje hace acto de presencia una tétrica monja que persigue a Ed Warren y que se cuela en las visiones de Lorraine: “La gente ve la película porque adora a Patrick Wilson y Vera Farmiga, y no podemos olvidar que ellos son la razón por la que existe esta producción. Si hay más historias (del matrimonio de parapsicólgos) en el futuro, no será debido al caso Enfield sino al trabajo de los Warren”, aclaró sobre la posibilidad de repetir al frente de esta saga.
El cineasta se valió de las grabaciones de voz originales de la pareja sobre el caso, fotos de la familia y conversaciones con Lorraine Warren y Margaret y Jannet Harper, que vivieron esta historia paranormal.