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La soledad del poder" en el local de Kamastro (Paseo Carmelitas sobre la avenida España) a partir de las 20:30, con la interpretación de Jorge Ramos. "Vine a visitar el Paraguay, lo extraño. Surgió la posibilidad de asistir a esta función en Kamastro, en un debate junto a David Velázquez Seiferheld junto al director Gustavo Ilutovich. Desde que escribí la obra en el 2001 es la primera vez que aparezco en una representación del unipersonal", señaló Jaeggi.
Sobre su regreso al país dijo que "no hay muchos secretos, simplemente el deseo de recuperar los climas, los olores, de este paisaje. Ya van dos años y medio que no volvía y en noviembre estaré de nuevo para las 700 presentaciones de la obra, que se repondrá con Rolando Chaparro, Ricardo Flecha, Patricia Ger, como se hizo en el estreno, además de presentar el libro".
Con respecto al éxito alcanzado dijo que "ni idea tenía. Escribí la obra, con una investigación previa, tratando de no ser fiel a la historia pues es un hecho creativo, ficcional, hacer algunos guiños contextuales, como por ejemplo la frase que dice: Las revoluciones se hacen con sangre, no con salsa de tomate. Lo dijo Lenín y yo le puse en boca de Francia. Me pareció interesante hacer ese cruce de miradas".
"Algunos dicen que hago una apología de la dictadura, pero está muy lejos de eso. Además el concepto de dictadura como se pretende calificar a la obra no es el mismo que en la época de Francia de lo que es hoy. Son cosas muy distintas. Además estoy convencido de que fue una necesidad de la época que hiciera lo que hizo. De hecho convirtió a Paraguay en una potencia, que derivó luego en la Guerra de la Triple Alianza".
"Para escribir esa obra me basé en textos, cartas, manifiestos, resoluciones de José Gaspar Rodríguez de Francia, no leí libros de historiadores que hicieron interpretaciones. Me enteré de algunas coincidencias o reproches que había dicho, pero esencialmente es una obra de teatro y la historia es una excusa para escribir una ficción, lo cual me permiten licencias poéticas", adujo Jaeggi.
"Aparte del libro de José Gaspar tengo muchos proyectos. Estoy escribiendo un texto teatral sobre Madame Lynch, que es un trabajo viejo, que partí del libro de Eduardo Galeano Memorias del fuego, donde en víspera de la batalla de Cerro Corá, el Mariscal López le dijo por primera vez a Madame Lynch te quiero. Ese es el disparador para hacer una obra humana, llena de contradicciones, tratando de imaginarme cómo es ese Mariscal López fuera de todo su bronce, de toda su efeméride, de sus caracterizaciones. Cómo es entre cuatro paredes, junto a una mujer a la cual le dice que la ama. Siempre me interesa en estos personajes su intimidad, el otro lado del que la historia construye, mostrar que siempre hay rasgos de humanidad en todos los seres humanos, con lo cual tampoco pretendo justificar su accionar. Será que por naturaleza me niego a ser un pesimista nato, siempre trato de encontrar un punto de luz. También hay otra obra que se llama El sueño trucho de un paraguayo que se casa con una norteamericana, escrita en tono de sátira, de humor negro sobre la aspiración social del protagonista", comentó Hernán Jaeggi, quien es docente en la Facultad de Córdoba, Argentina, en varias cátedras referidas a teatro.
Sobre su regreso al país dijo que "no hay muchos secretos, simplemente el deseo de recuperar los climas, los olores, de este paisaje. Ya van dos años y medio que no volvía y en noviembre estaré de nuevo para las 700 presentaciones de la obra, que se repondrá con Rolando Chaparro, Ricardo Flecha, Patricia Ger, como se hizo en el estreno, además de presentar el libro".
Con respecto al éxito alcanzado dijo que "ni idea tenía. Escribí la obra, con una investigación previa, tratando de no ser fiel a la historia pues es un hecho creativo, ficcional, hacer algunos guiños contextuales, como por ejemplo la frase que dice: Las revoluciones se hacen con sangre, no con salsa de tomate. Lo dijo Lenín y yo le puse en boca de Francia. Me pareció interesante hacer ese cruce de miradas".
"Algunos dicen que hago una apología de la dictadura, pero está muy lejos de eso. Además el concepto de dictadura como se pretende calificar a la obra no es el mismo que en la época de Francia de lo que es hoy. Son cosas muy distintas. Además estoy convencido de que fue una necesidad de la época que hiciera lo que hizo. De hecho convirtió a Paraguay en una potencia, que derivó luego en la Guerra de la Triple Alianza".
"Para escribir esa obra me basé en textos, cartas, manifiestos, resoluciones de José Gaspar Rodríguez de Francia, no leí libros de historiadores que hicieron interpretaciones. Me enteré de algunas coincidencias o reproches que había dicho, pero esencialmente es una obra de teatro y la historia es una excusa para escribir una ficción, lo cual me permiten licencias poéticas", adujo Jaeggi.
"Aparte del libro de José Gaspar tengo muchos proyectos. Estoy escribiendo un texto teatral sobre Madame Lynch, que es un trabajo viejo, que partí del libro de Eduardo Galeano Memorias del fuego, donde en víspera de la batalla de Cerro Corá, el Mariscal López le dijo por primera vez a Madame Lynch te quiero. Ese es el disparador para hacer una obra humana, llena de contradicciones, tratando de imaginarme cómo es ese Mariscal López fuera de todo su bronce, de toda su efeméride, de sus caracterizaciones. Cómo es entre cuatro paredes, junto a una mujer a la cual le dice que la ama. Siempre me interesa en estos personajes su intimidad, el otro lado del que la historia construye, mostrar que siempre hay rasgos de humanidad en todos los seres humanos, con lo cual tampoco pretendo justificar su accionar. Será que por naturaleza me niego a ser un pesimista nato, siempre trato de encontrar un punto de luz. También hay otra obra que se llama El sueño trucho de un paraguayo que se casa con una norteamericana, escrita en tono de sátira, de humor negro sobre la aspiración social del protagonista", comentó Hernán Jaeggi, quien es docente en la Facultad de Córdoba, Argentina, en varias cátedras referidas a teatro.