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Para Ledesma y Durrant, la formalidad más que sobra. Lo importante es la música y la conexión que se puede establecer a través de ella. Así lo demostraron en el concierto que dieron en el Centro Paraguayo-Japonés, y que contó también con la participación los arpistas María Fernanda Peralta y Marcelo Rojas, y el pianista Carlos Centurión, como invitados.
Un concierto sencillo pero con la emoción a flor de piel. Más de 15 obras, la mayoría de Ledesma y que forman parte de los discos “Durrant y Ledesma” y “El indio errante”, que se presentaban en la ocasión.
A pesar de la mucha promoción, el concierto no tuvo la concurrencia esperada. El público cubría poco más de la mitad de la sala. “Me voy un poco dolido, pero no importa. Gracias a esta inmensa minoría por haber venido”, expresó Ledesma en un momento.
Durrant tocó descalzo, frente a frente a Ledesma. No toca sentado como los guitarristas clásicos. En “Aromas del mundo”, una de las primeras composiciones del arpista le agregó una introducción con la guitarra que le daba un nuevo color. Durrant hizo también un homenaje a Agustín Barrios interpretando “Mazurca appassionata” y su obra “Apretón de manos”.
Con Marcelo Rojas, Ismael hizo un dúo en el clásico “¨Pájaro campana” y con Carlos Centurión , “Esperando el sol”, una composición llena de nostalgia. Con María Fernanda tocó “Amazonas” y ella sola, “Cachamalando”.
Al final, todos juntos interpretaron el infaltable “Yacaré”
sferreira@abc.com.py