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Con sus tres estatuillas –mejor película, mejor dirección y mejor guión adaptado–, la barcelonesa Coixet, de 57 años, se anotó un triunfo muy personal y suma ya ocho goyas en su carrera.
Remató una gala de los Goya dominada por la reivindicación de un mayor espacio para las mujeres en la industria del cine y en la que también brilló “Verano 1993”, dirigida por Carla Simón, mejor dirección novel.
La noche terminó bien para Coixet, cuya película era la segunda más nominada (en 12 categorías), solo por detrás de “Handia” (13). “Voy a acabar siendo muy humilde”, ironizó Coixet al recibir el premio a la mejor dirección, que ya conquistó con “La vida secreta de las palabras” (2005). La cineasta, que apostó por una cinta rodada en inglés sobre una valiente librera de los años 50 (Emily Mortimer) decidida a defender su negocio en un pequeño pueblo donde no le faltan los enemigos.
Coixet, amante de la literatura, dedicó los premios “a toda la gente que todavía compra libros, que abre librerías, que ama el cine”. Y lo hizo ante una sala repleta de abanicos rojos con la etiqueta #+Mujeres, una iniciativa con la que se quiso denunciar el insuficiente espacio del sexo femenino en la industria cinematográfica. “Necesitamos directoras, guionistas, directoras de fotografía, scripts, foquistas, compositoras, en igualdad de número que los hombres”, proclamó la actriz Nora Navas, vicepresidenta segunda de la Academia española de Cine, en una cita en la que solo el 27% de los nominados eran mujeres.
“Necesitamos tiempo para cambiar esto. Creo que se tiene que impulsar desde la política, necesitamos más mujeres haciendo cine, que sea como un efecto dominó”, dijo Carla Simón ante la prensa. La joven directora catalana de 31 años, nominada con “Verano 1993” en ocho categorías, conquistó tres premios: mejor dirección novel para ella, mejor actriz revelación para Bruna Cusí y mejor actor de reparto para David Verdaguer. La película, rodada en catalán, cuenta su propia orfandad tras perder a sus padres, víctimas del sida.
La más nominada, “Handia”, rodada en vasco, arrasó llevándose 10 premios, entre ellos mejor actor revelación para Eneko Sagardoy. Por otro lado, Nathalie Poza, madrileña de 45 años, se coronó como mejor actriz protagonista por su rol de sufrida hija en la película “No sé decir adiós”, derrotando a Penélope Cruz, en “Loving Pablo”, a Emily Mortimer, protagonista de “La librería”, y a Maribel Verdú (“Abracadabra”).
La chilena “Una mujer fantástica” conquistó el Goya a mejor cinta iberoamericana. Es el retrato de una mujer transgénero enfrentada a una sociedad conservadora. Cortó así la racha de triunfos cosechados por Argentina en las tres últimas ediciones, país que este año competía con “Zama”. Otras rivales eran la colombiana “Amazona” y la mexicana “Tempestad”.