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Fue primer bailarín del Teatro Argentino de La Plata, del Teatro Colón de Buenos Aires y del Royal Ballet de Londres. Con estos logros y muchos más Iñaki Urlezaga forjó una carrera que lo llevó a trabajar con distintas compañías y a bailar en innumerables escenarios del mundo. Pero el periplo dancístico que inició en 1991 está llegando a su final y el show en Paraguay es el penúltimo antes de su despedida definitiva en La Plata, su ciudad natal, que será este lunes 19.
La decisión de saber cuándo parar “va bajando de a poco, lentamente como todas las cosas importantes. No es una revelación, no es que uno se levanta una mañana y dice se acabó. Son los años, el último tiempo, el ir bailando de manera diferente”, dijo un Iñaki distendido en su charla con ABC Color.
Las cosas van costando más físicamente, añade, pero lo emocional “va un poco de la mano con la aceptación”, aseguró. “Es algo como estar frente a lo inevitable e ir en contra de eso tampoco creo que hace que algo sea mejor, y tal vez se pueda sostener más tiempo pero sin la satisfacción de que algo verdaderamente fluya dentro de uno”, afirmó el bailarín.
Un show con actualidad
Con una serenidad que lo caracteriza, nos contó que eligió el espectáculo “Siempre Buenos Aires” para esta despedida porque lo fue bailando a lo largo del tiempo. “La obra habla de una Buenos Aires totalmente actual, y Mora Godoy (con quien creó el show) también es una coreógrafa muy moderna, que no tiene ningún tipo de reminiscencia salvo la música y la pasión de los argentinos por la vida en sí misma”, relató, además de afirmar que la puesta “no es una evocación al pasado”.
En dicho sentido, a través de músicas de Piazzolla, Mariano Mores, Juan D’Arienzo y otros, el espectáculo muestra coreografías neoclásicas, donde Urlezaga estará acompañado por bailarines del Teatro Colón.
Danza en Argentina
Urlezaga comentó también acerca de la realidad de los elencos de danza en su país. Las compañías, dijo “están trabajando, están luchando”. Indicó que “tienen un presupuesto mucho más magro hoy en día, tristemente, y a los elencos no oficiales les cuesta mucho más. Con estos vaivenes económicos son los que primero desaparecen, los que menos pueden arriesgar, los que menos se pueden sostener”, argumentó.
Asimismo, el bailarín también sufrió este año con el cierre del Ballet Clásico Nacional, que él dirigía, por parte del Estado. “De acuerdo al rumbo político que tome la nación hay más o hay menos para la cultura”, manifestó. Vivir el cierre de la citada compañía fue para él “muy triste”. Asintió que fue por causa de “esos vaivenes económicos a los que tristemente uno está acostumbrado”. “Hay veces que (la realidad) es mejor y se construyen cosas buenas, hay veces que es peor y no hay una línea política cultural del cual todos nos podemos sentir orgullosos”, dijo.
Danza por siempre
Sin pensar mucho en el después, Iñaki señaló que seguro seguirá relacionado con el mundo de la danza y continuará coreografiando. “No soy tan egoísta de coreografiar para mí mismo y nada más, así que no tengo ese problema”, dijo. En este sentido, consideró que un coreógrafo “es la persona que verdaderamente enseña”. “La creación es algo innato en el ser humano, no se aprende, se ejerce”. Lo que hace un coreógrafo es “dar lugar a que otros comprendan lo que uno quiere que nazca por primera vez”.
En esta línea, Urlezaga destacó la importancia de “tener gente que a uno le de la posibilidad de descubrir lo que estaba oculto adentro de uno, que lo vuelva consciente, que le dé las herrramientas para poderse desarrollar. La educación es todo en el ser humano”, sentenció.
Para él “la inteligencia y la humildad” son también factores clave para no dejarse llevar por el ego en la vida de artista. Es importante para él “el hecho de tener gente que a uno lo baje a tierra, porque uno es solamente un instrumento para poder lograr algo, ni siquiera es realmente de uno el don que tiene”, subrayó. Finalmente expresó que espera a la gente hoy para “devolverles tanto cariño y decir gracias”.