Cargando...
“La autora ha sabido entrelazar amores y enigmas con una escritura a la vez compleja y transparente. Tres voces muy bien ensambladas iluminan las zonas oscuras de la mentira y de la verdad, del talento y de la mediocridad, del éxito y del fracaso”, afirmó el presidente del jurado, el escritor español Javier Cercas, al anunciar el galardón, dotado con 175.000 dólares.
Novela de suspenso literario “construida con gran eficacia narrativa en torno a un memorable personaje femenino y al poder de la genialidad” , según el jurado, “Contigo en la distancia” narra la historia de Emilia, una joven estudiante francesa de origen chileno que viaja a Santiago investigando sobre una esquiva y misteriosa escritora llamada Vera Sigall.
Pero esta sufre un accidente: la deja en coma y provoca una investigación policial que terminará desvelando la verdadera identidad de todos los personajes y los vínculos que los unen.
Emocionada, la escritora, traducida a una decena de idiomas en todo el mundo, participó en la ceremonia por videoconferencia desde Chile.
Este “es uno de esos momentos memorables que solo se pueden comparar, por ejemplo, con el nacimiento de un hijo”, afirmó.
“¿Qué quise decir con la novela? Esa es una pregunta que no hay que hacerle a ningún autor, creo, porque uno nunca sabe qué es lo que quiere decir”, bromeó. “La genialidad, la mentira, son elementos que yo manejé todo el tiempo pero tampoco me di cuenta de que eran tan esenciales”, afirmó.
“El personaje de Vera Sigall está basado en la historia y, sobre todo en el espíritu, de Clarisse Lispector” , aseguró, en referencia a la escritora brasileña nacida en Ucrania y, como Guelfenbein, de origen judío. En la novela hay así “muchos cruces que tienen que ver con mi propia vida, con mi historia, con rescatar pedazos de lo que es la historia de mi familia y de lo que, de alguna manera también, es mi historia literaria a través de Clarisse”, añadió.
Nacida en Santiago de Chile en 1959 y autora de obras como “El revés del alma” (2003), “La mujer de mi vida” (2006), “El resto es silencio” y “Nadar desnudas” (2014), Guelfenbein reconoció haber tomado su título de la canción del mismo nombre del cubano César Portillo de la Luz. El jurado eligió esta obra de entre siete finalistas de 707 novelas presentadas.