–¿Qué dificultades te planteó “7 Cajas” al dirigir la fotografía?
–Captar toda la riqueza visual del Mercado 4 en un espacio de trabajo muy reducido y en un ambiente incontrolable.
–¿Cómo resolviste la continuidad en la iluminación en un ambiente tan complejo como el Mercado 4?
–Teníamos un arsenal de luces del mercado. Es decir, teníamos nuestros fluorescentes, nuestros focos, y ¡hasta nuestras luces de calle portátiles!
Llegábamos a un lugar para una escena y reforzábamos la luz ya existente, dándole forma, adaptándonos a lo que ya estaba instalado en ese lugar.
–¿Podrías comentar cómo filmaron las escenas de las persecuciones con la carretilla?
–Fueron escenas muy complicadas por el poco espacio físico, pasillos estrechos llenos de obstáculos. Generalmente, corría junto a Víctor con la cámara en mano o sobre un carrito con ruedas empujado por dos o tres asistentes.
Cuando escucho o leo el ya famoso “¡¡¡Correee Víctor!!!”, me acuerdo del descuereo que sufrimos, ¡porque nosotros corríamos con él!. ¡¡¡Ja ja ja!!!
–¿Toda la película se rodó en el mercado de Pettirossi?
–En un gran porcentaje. Aunque también se usaron otras locaciones externas (comisaría, estacionamiento, restaurant oriental, hospital, etcétera).
Inclusive hay una escena en el Mercado N° 5, que nos gustó por lo aún más estrecho e intrincado de sus pasillos, cosa que necesitábamos para hacer más vertiginosa la primera escena de persecución.
–¿Cuánto de lo planeado quedó plasmado en la pantalla?
–De todo lo planeado y grabado, quedó un 80%, aproximadamente. Se eliminaron escenas preciosas, pero que enlentecían la película innecesariamente.
–¿Podés contarnos algunas de las escenas eliminadas...?
–Una toma en especial, que es mi preferida en la película, tuvo que ser sacrificada por el bien del relato. Es donde vemos a Liz caminando por los tejados a la noche, y debajo de ella el Mercado 4 brillando como si fuera Las Vegas. Sublime. ¡Algún día le voy a cobrar a Juanca. Ja ja ja!
–¿Qué esperan ahora los profesionales del audiovisual ante la masiva respuesta de la gente a un producto bien hecho?
–Estamos muy entusiasmados. Tenemos la seguridad de que la gente responde si le ofrecés algo que le guste y tenga calidad. Esto es muy inspirador para todos los que luchamos por un cine paraguayo.
–¿Algo que desees agregar?
–Cuando tenía 14 años, papá me llevó a un festival de videos donde vi el corto de Maneglia, “Presos”, donde actuaba Beto Ayala.
Quedé tan impresionado que esa noche decidí que quería dedicarme al audiovisual. Por lo tanto, haber colaborado con Juanca en su primer largo, donde también queda inmortalizado para la eternidad Beto, es para mí algo demasiado emotivo e inolvidable. El destino quiso que así fuese.