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El espectáculo se inspira en la historia de Kaspar Hauser, un joven que en mayo de 1826 aparece en una Plaza de Nuremberg, Alemania, sin poder sostenerse en pie, llevando una carta en la mano con datos contradictorios sobre su procedencia. El joven había permanecido toda su vida confinado a un calabozo, y dormía sobre paja, con un caballo de madera de juguete.
Luego encuentra un tutor quien se hizo cargo de su formación. Kaspar demostró en poco tiempo una sofisticada pero ingenua inteligencia y sensibilidad. Hipersensible a los aromas, colores, sabores y sonidos, al magnetismo de los metales, animales y hombres. Nunca se logró resolver el enigma de su procedencia y su muerte.
La coreografía e interpretación es de Luz Arcas, la composición e interpretación musical es de Carlos González.
La compañía de danza La Phármaco, desde su creación en 2009, se ha propuesto recuperar el concepto clásico de ceremonia escénica: el espectáculo total, donde los elementos expresivos se reúnen y se afinan en una misma tonalidad, comprometida con el mensaje.