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El premio principal fue para la película colombiana “Siembra”, una cinta en blanco y negro sobre el drama de los desplazados en Colombia. La crítica francesa calificó a la película de Lamar como un filme minimalista, casi experimental, sobre el duelo y la purificación. El jurado describió a este joven cineasta paraguayo, que destaca en un país con poca producción cinematográfica, como un talento prometedor que habrá que seguir muy de cerca.
Desde los ojos de un anciano que pierde a su esposa, Lamar, de 32 años, aborda la reflexión en torno a la vida y la muerte con una obra que busca evocar sensaciones en el espectador.
“Siembra” es la ópera prima de Ángela Osorio y Santiago Lozano. Aborda con una excepcional fineza la historia de un padre que añora regresar a la tierra que tuvo que abandonar a causa del conflicto armado en Colombia de más de medio siglo.
“Para nosotros era importante pensar, en el contexto del conflicto armado, en la manera en la que el movimiento de personas, que implica también un movimiento cultural, está transformando el territorio colombiano”, dijeron los directores de esta cinta en declaraciones a la AFP.
“Otro elemento era mirar el desplazamiento no solo como algo violento sino también reflexionar en la manera en la que podemos cerrar las heridas abiertas y pensar en el mañana”, añadieron.
El jurado de este festival, una de las más importantes muestras de cine latinoamericano en Europa, también otorgó una mención especial al largometraje “Días extraños”, una oda a la juventud y a la libertad, dirigida por el colombiano Juan Sebastián Quebrada.
Los miembros del jurado destacaron la “irreverencia” de este retrato de una joven pareja colombiana que vive una relación pasional y explosiva en un Buenos Aires sombrío.
Este festival ofrece cada año un panorama exhaustivo de la cinematografía latinoamericana más reciente.
El premio del público, otorgado por votación por los espectadores presentes en las proyecciones de las películas en competición, fue para el drama cubano “El acompañante”, de Pavel Giroud.
La cinta ubica su trama en la década de los ochenta, cuando en la isla caribeña los enfermos de sida eran recluidos de forma obligatoria en sanatorios bajo régimen militar, de los cuales podían salir únicamente una vez a la semana con un acompañante designado.
La crítica internacional distinguió con su Premio Fipresci a “Alba”, de Ana Cristina Barragán, una joven directora ecuatoriana de 28 años. “El legado”, del cineasta chileno Roberto Anjari-Rossi, un retrato de una abuela y su nieta, se llevó la víspera el galardón al mejor documental.