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Los clubes que tradicionalmente participan de la fiesta son el 22 de Septiembre, Nacional, San Juan, Universal y el Pettirossi. Cada comparsa es una demostración de creatividad y esmero de los artesanos y modistas encargados de elaborar y confeccionar los trajes y tocados, y un ejemplo de entrega de alma y vida de los bailarines y las pasistas por llevar a su club al preciado primer lugar en la dura competencia por el título.
Lo mismo se puede observar en las carrozas de clubes y barrios que todos los años están presentes, como el caso del barrio Pacucuá, el Círculo Encarnaceno de Volantes, el barrio Loma Clavel, club Sacachispas, club Alemán, barrio Barril Paso, barrio Bernardino Caballero y la carroza del tradicional club de pesca y deportes náuticos Pacucuá, con su barco pirata.
Se estima que entre 40.000 y 50.000 personas llegan a la ciudad cada fin de semana, atraídas por los carnavales y la posibilidad de veraneo en las playas de la ciudad. Esto provoca un movimiento comercial importante, sobre todo en los rubros de la gastronomía y la hotelería.
La gran demanda de hospedaje, sin embargo, generó una nociva especulación por parte de algunos hoteles, que aprovechan la demanda para cobrar sumas siderales por una noche de alojamiento, como el caso de una persona a la que alquilaron una habitación por el precio de tres personas.